martes, 23 de julio de 2013

Nicaso once

Viaja despacio por su mar de tinta alborotada,es su mirada,lenguaje espontáneo,plural.Acrisoladas estrellas del firmamento fugaz él derrama,el salitre de sus letras marinas le engrandecen,cantan,la empapan.Esconde la lluvia de sus ojos en sus verdes valles,Rocío se vuelve como nombre de mujer en las hojas,en los huertos,en sus manos de labrador de palabras,semillas de pálpito preciso y enraizado que brotan de su boca,de su alma,desprevenidas,cercanas,volando se antojan.Despliegan sus alas de caballerosidad incontrolada,se elevan,lo elevan,la soplan,la vuelven necesaria,preciosa.No quiere olvidarlo todo,cómo olvidarlo,cómo huir de lo que quiere más cercano.Su infancia,verso inmutable de manantial sereno,cómo no añorarla,recordarla,cómo no recordarle.El otoño,entonces,besaba pausadamente el suelo con sus dedos de papel agostado y el cielo era un sosiego azul donde perderse infinito,correr por el tiempo sin ninguna noción de él,sacarlo de los bolsillos,pasear por las nubes,merodear en los sueños y allí siempre estaba él.Y el viento del Atlántico azarado como un barco que zarpa en medio de un silencio asediado.Supo lo que era un sueño por él,de su mano abierta al mundo se desprendía un amanecer de lunas improbables que atardecen en sus profundos ojos de poeta rasgado.Podía dormir,él cerca de su cuarto,le buscaba y raptaba precipitados e inverosímiles sueños para dormirla.Primero le hablaba de la ternura,con ternura,después todo era una tromba de emociones dispersas.Asida a sus desnudas palabras que se vestían en la oscuridad de su joven noche de niña asustada,como las acariciaba con sus labios suaves,como tejía a mano las frases y engarzaba estrellas en éstas.Escribía el relato de la vida de puntillas al despeinar sus rizadas ilusiones de oleaje confuso.Ella lo recuerda,en medio de la noche ajena que pronto hicieron suya,clavaron sus banderas piratas y una emboscada de verbos bandidos,de sentimientos desordenados e invisibles,la cabeza llena de"ikeas",la palparon a tientas,fue como se encontraron,oyente,como se hicieron hermanos,ya de sangre,ahora de inquietas letras.Todo esto en horas densas se le viene a ella a la cabeza,también densa.Si tiene que montar en globo en medio de una tormenta que sea por favor de su mano,ésa que el siempre tiene tan alerta,dispuesta para ella y para los otros,en la sombra de su habitación y de sus miedos,sabe que ésta es quien la acaricia y la despierta.Necesita escucharlo cerca,seguirlo con sus pasos de náufraga por su isla ya desierta,con él ya no está hace más de una década.Hay nicasos,oyente,que son historias de amor fraternales y muy bellas y la distancia ahora los separa,la vida es muy perra,ella lo añora más de la cuenta.

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