jueves, 25 de julio de 2013
Nicaso doce
¡Cómo no echarlo de menos! ¡Cómo no extrañar el no vivirlo inmediato,continuo!¡Cómo no rendirse ante sus batallas ganadas en los valles de las altas palabras que se hicieron mayúsculas en su boca!¡Cómo no albergar alguna esperanza que la tormenta que hace girar su vida como ebria peonza se canse de sus golpes de mar colérica con resaca melancólica.¡Cómo no cobijarlo para que nunca se vaya de su corazón de latido inquieto ni se aleje de su torpe ánimo que tan pronto resbala en una marejada de estrellas como cae por ese barranco que a veces son los momentos inhóspitos llenos de minutos bajo tierra y polvorientos.¡Cómo no ser lo que fueron si lo son al quererse siempre e ilimitado desde entonces es el sueño en el que ella se mira,en él se duermen todas las mañanas del mundo,las que les recuerdan esa infancia secuestrada que es ahora su momento adulto.¡Cómo no sentirse malherida si se disparo su ausencia sobre su alma!Y espera la noche de sus letras y sus dulces ojos de tinta que tantas veces escribieron versos de luz en la oscuridad imprecisa,ingenua de sus pocos años.En su madrugada se vuelve el silencio un bandido solitario y tenaz,cabalga su espectro desastroso por sus horas de emboscada.Por eso,oyente,ella se asoma al cabo de finisterre de su espíritu de acantilado para que se despeine esa ventisca amable y de gigante que se respira en él.Su nombre quiere hacerlo sujeto de todos los predicados de cariño y de aliento,íntimo rumor de dos lunas que crecieron,se llenaron juntas.Suspiro la tarde alegre,un invierno tres,un día enero.Desprevenido,descomunal,así se mostró el cielo para él,por eso ella amanece con su calor de chimenea,por eso lo busca y lo añora.Este año anónimo sin él,sin su presencia pasaron los dias de barro en este tiempo de arena,de desierto ofendido,de hiedra que se quema.¡Cómo no cerrar los ojos y no correr a su lado,buscarlo en esas noches de manantial de su alma,racimos de palabras se desprendían de su boca de parra,soplaban sus frases,besaba sus mejillas como viento del sureste y todo esto y más es lo que sentía y siente al quererle!Lo sé,oyente,el añorar es como si te rasgasen el alma pero en algunos nicasos el descosido es suave hasta dulce,de todas formas es más dura la nostalgia que te lleva a vararte como una ballena en la playa y entonces brota la melancolía y eso,querido oyente se te mete por todas partes como ese frío húmedo tan Atlántico que ya no te lo quitas de encima en todo el día y ni siquiera yo el mirón lo puedo quitar con el agua caliente de mi mirada de colacao cálido con galletas.
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