viernes, 19 de julio de 2013
Nicaso nueve
Están solas en una habitación enorme,parece enorme,pero no lo es.Es una madre y su hija,el eterno binomio en conflicto,un conflicto de amor,del que duele y mucho.La madre está acostada,tan linda,no hay arrugas en su rostro,tal vez en el alma,sus cabellos blancos parecen de algodón de azúcar.La hija parece un manojo de huesos,ya muy ajada,sin rastro de si alguna vez fue bella o buena,muy amasijo de nervios,pero muy dentro,saca un folio escrito de su puño y letra del bolso y se pone a leer:"Me bebí la melancolía de tus labios cuando te mordía el pasado el alma en un vaso de tubo,fue un mal trago largo.Me supo frío ese despertar constante de bofetada,golpe seco en el pecho,amanecías sin ganas,húmeda por tus lágrimas.Quise cerrar los ojos e inventar un sueño de hadas,volver a tener dos trenzas torcidas como tú me las peinabas y no el cabello revuelto de penas enredadas.Casi dormida y con tu angustia pegada a la oreja me sentí pequeña,incauta.Era tan grande tu tristeza que me abrumo de tal manera que la llevo clavada,no la olvido,la pienso y no encuentro palabras.Si fueses un ciprés no me pondrías triste,su sombra no me alcanzaría pero eres mi madre y se me sobrecoge el aliento,el alma.(Shh,oyente que sino no puedo seguirla,continúa).Cuando suena el teléfono por la mañana,siento una madrugada de cerro desmoronado.Mi despertador tiene el sonido de tu voz desastrada,aciaga,me asusto,oírte así es muy duro.Suenas tan urgente,tan desalentada,de mañana impaciente,muy desbordada.Mi discurso se repite,se vuelve un dique pero no soy capaz de calmar tanta amargura.Tu pesadumbre es la lumbre con la que enciendo mi impotencia,no puedo darte más,tu que me regalaste la vida,tu vida,daría lo que fuese por encontrar la manera de apaciguar tu abandono disgustado,tu desierto de tinieblas sembradas de pensamientos encogidos y erizados.Necesito un sobreseimiento de matutinas y despobladas tristezas,no doy más de mí,más de ti,juntas no logramos que te armes de valor y salgas a la calle a encontrarte con la vida,yo tampoco.Llámala,citate con ella y baila con las estrellas.Yo te las bajo con un cazamariposas brillante que se ha inventado tu nieta,tal vez así mi noche llena de tus miedos descanse.Hay veces que cruzo hasta los dedos.Suena todo esto muy egoísta,lo sé pero en mi cabeza se desborda demasiado ya el alba,no distingo si anochece o despierta la luna,si lo que hago sirve para algo.Ya ha amanecido,mamá,siento tu miedo y no sé si es el tuyo o el mío,mi corazón confuso.Mustios son tus pensamientos,si los riego saldrán flores de tu cabello?".( Ya lo sé oyente,es duro este nicaso,y como éste hay cientos...espera que ahora le dice algo la madre).-¡Qué bonito,qué bonito!¿Mañana volverás a verme chica simpática?Y no te olvides de leerme más de esa novela,con lo que me gusta qué me leas!¿Acaba el chico con la chica que vivía enfrente de su casa? Espero que sí,no me gustan las historias tristes-le dice la madre a la hija,mientras ésta le coge la mano con fuerza y llora mientras la besa.La madre sonríe.Parece feliz,ya no sufre,no hay pizca del dolor sobre el que ha escrito su hija,su alma está en paz.La hija sale de allí con la suya destrozada,como si estuviese en guerra con el mundo,se muerde los labios como si le mordiese la vida,en su mano lleva el papel arrugado y en la otra el corazón hecho un nudo.
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