Cosas de su casa

En la mesilla de noche pone su corazón al que da cuerda y entonces lo escucha de nuevo latir cada madrugada,en el espejo del baño vive una joven mujer que alguna vez fue bella,en el escritorio algunos sueños de papel y carmín para pintarlos,en el armario algún amigo y un amante despistado.En el sofá su marido muy tirado.La mesa recogida,su pelo y su aguante también en un moño.En la despensa de su vida hay algún viento caducado como también ilusiones estropeadas,ni sabía que las tenía ahí guardadas a la espera de un ya no se acuerda para qué.Y en la nevera miradas que ha dejado enfriar demasiado y en el congelador cubitos de besos para refrescar algún que otro momento bien bebido.En la cómoda de la entrada,en sus cajones guarda disparatados estribos por si los pierde y un poco de noción por si el tiempo se le extravía y algún vecino cotilla y hasta un electricista que vino un día a arreglarle los cables que se le habían cruzado y se quedo allí por si acaso.Y después una sombra,la sombra de lo que fue está en el último cajón desastre quien ella es,en lo que se ha convertido.Arriba,en el trastero tiene un baúl con forma de tren donde guarda las cuatro estaciones para recordarle que en alguna de ellas se tenía que haber bajado,en concreto viene a su memoria un otoño de sol a destiempo que deshojó alguien su alma con solo mirarla o esa primavera de un mil novecientos noventa en la que se enamoró de repente como un susto o aquel enero en el que dijo si quiero quererte siempre o este pasado verano de tormentas en el que se volvió húmeda y calurosa.Y el ac-aparador lleno de falsas esperanzas muy tiernas para retenerlas,no vaya a ser que se vuelvan auténticas.Por último en su garaje una bici estática como medio de transporte para que no la lleve a ninguna parte y bajo unas viejas mantas su nave,no,no es broma,es un poco rara,es muy humana y hace tiempo que llegó a esta tierra desde su planeta,incluso hasta tiene un perro verde.Quien tendría en su alacena sopas de letras por si un día le faltan las palabras para echar mano de ellas o en una caja silencio cuando se nota con demasiado ruido dentro y no tiene ni un solo tarro para no comérselo.Y guarda sus platos rotos como ho-menaje de su casa para que no tenga nunca que pagarlos.Y esta noche mágica saltará la higuera de su jardín que quemará para ver si así cae alguna breva,la de volver a ser feliz.