miércoles, 9 de octubre de 2013

Te extraño

Te extraño y eso que para mí siempre fuiste cercano de mis latidos de regadío,nada a ciegas...Pero te extraño...aún recuerdo como fue tu último abrazo que duró más de seis segundos en medio del frescor de la hierba del jardín de tu casa.Todavía moría agosto en nuestra piel agradecida de moreno y generosa de salitre de tantos baños en aquel mar que nos vio crecer.Este verano fueron nuestros hijos los que crecieron un poco más en ese mar de olas embravecidas.Te extraño...aún humea tu calor entre mis manos,se fue el tiempo de tardes largas y de partidos de fútbol hasta la medianoche que todavía era clara y templada...¿Recuerdas San Isidro y la merienda siempre complacida de nuestra infancia?Papá y mamá no eran tiempo arrugado y pasado,solo presente y futuro infinito,el camino era extenso y generoso,sin piedras,sin baches,sin barro y el sol siempre en lo más alto.Te extraño como un ser que vacía su vida cada amanecer y solo la llena con tus preciosas palabras de orfebre,hechas a mano,de cariño de otro tiempo,del que ya parece que nadie siente ni padece,ni se acuerda,ni echa de menos,solo de más.Y siento al extrañarte que una parte de mí está incompleta,nunca terminaré el puzzle que soy,me faltan piezas ni el jersey de ochos que tejía nuestra abuela,soy solo una madeja,un ovillo de tu lana que me abriga,que me da calor,que me c-alienta.¿Seguro que no recuerdas ese suelo de madera vieja,el crujir de nuestros pasos por aquellas escaleras,las de la casa de nuestra abuela,siempre sus cabellos de plata recogidos en un moño y su mirada tierna?Necesito volver a aquella casa, a pisar junto a ti todas las estrellas,cerca de la luna de mi habitación y de tu corazón de planetas,de colores,sin grises,sin horas muertas.Y nos disfrazábamos,yo de princesa...¿Por qué se mueren los días tan deprisa,si apenas dejamos ahora huellas?Malecón me siento,un rompeolas,enfurecidas todas ellas,conmigo,con los otros,no puedo con tantas y tú,¿puedes,las saltas,te empapan,qué haces con ellas?Pero ya no puedo proteger a nuestra costa,ni nuestro paseo...tan marítimo de tantas olas que me tumban,que nos tumban,que me anego...y la rotonda de niños desaparece y yo borrada con ella.Te extraño...ahora que el tiempo tiene en cuenta las caricias que nos damos,en qué momento,en qué lugar,en que día nos besamos.Es curioso cómo a estas edades importa demasiado la última vez que nos vimos,recuerdas hasta la hora,a qué olía ese sábado de tu abrazo infinito,qué ropa llevabas,si tu vida tenía frío,si tus caricias se descalzaban perezosas de tus manos, si tu mirada era de despertar halagado o de noche molesta y si de tu boca se desprendían tus palabras lentas o rápidas,entrecortadas o dichosas.Yo te recuerdo y te extraño...¿Por qué nos extrañamos...tanto de lo que sentimos y añoramos?Tú nunca pareces extrañarte de nada y sin embargo recuerdas.Y a mí me a-sombra todo,demasiado árbol que no me deja ver el bosque animado que era-mos,la luz de a-mar sin sentirme marejadilla revuelta.

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