Se besan y sus labios son de sabores,se abrazan y parecen uno. Ella lleva trenzas y él,su pelo revuelto por dentro (por fuera ambos peinan canas). Al verlos,no parece que tengan los deberes hechos (y los tienen)y se hablan(no parece que lleven tanto tiempo casados)y hay complicidad(llevaban toda la semana casi sin verse).Se hacen muecas,se pellizcan(no,no están soñando),se chinchan,se hacen guiños con los besos,que si te lo doy,que no te lo doy...están practicando el sipi y nopi de los sentimientos como quien intercambia cromos.
Ya dije que eran niños de cuarenta y tantos y volverán a la realidad cuando no se despidan en el portal y no se digan :"mañana nos vemos otra vez en la calle para jugar si te deja tu madre" y él no se vaya en su BH blanca como si ésta volase. Al llegar,subirán juntos y pagarán a la canguro que se ha quedado cuidando de sus tres hijos. Y sentirán sólo cansancio que les recordará que la próxima vez tendrán que volverse antes y que los únicos que se hacen cosquillas al mirarse son sus hijos cuando juegan a ser mayores,como papá y mamá.
No es una nueva entrada. Es un relato precioso.
ResponderEliminarMe ha encantado....
ResponderEliminarMe gustan los cuentos, tus cuentos... ¿Cuentos para niños de cuarenta?. Apúntalo en propuestas!
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