viernes, 31 de mayo de 2013
Los selenitas
Mi selenita es mi orfebre de palabras preciosas,creador inigualable de sueños bonitos para dormirme.Es el capitán con rumbo fijo de mi navío inquieto,habitante de mi corazón de palomar revuelto y mi platero con el afán de tirarse a un pozo si fuese necesario para las estrellas más pronto alcanzarme.Su mirada es de mar en calma,su dique de abrigo recoge mis tempestades,si lo conoces te enamoras por todas partes y te saca al menos tres penas con solo besarte.Viaja continuamente al cielo perdido de mis ojos y sin querer ama como ya no quiere nadie.Crea relatos para entretener al miedo cuando me siento cobarde,se mira al espejo y dice que a veces no ve al valiente que se hizo tarde.Mi selenita tiene su nave aparcada en un baile y baila al agua que fluye constante.Se cepilla los nervios de atrás para adelante para así salir caminando cuando la gente corre hacia ninguna parte.Entre sus brazos puedes ver horizontes lejanos y atardeceres que se ruborizan al ver a los amantes luchando como cíclopes al besarse.Sus llaves abren puertas que descubren mundos desconocidos de latidos errantes.Su alma es de duende y de detalles,cuelga de las paredes sonrisas y de las orejas carteles que rezan un credo único e incomparable.Susurra lo imposible si teclea su imaginación desbordante.Cambia los nombres de sitio y ordena los cajones de aire para que suene una música que me pone flamenquita al instante.Es sensible como la belleza que brota imperceptible sin necesidad que la roce ni el viento triste ni el sol radiante.Tiene más sentidos que las grandes ciudades,bucea en mares que no se conocen y es experto en las artes más bellas,las malas no van con su porte de caballero andante.Su luna y la mía no es la misma porque la suya no tiene lunares,yo se los pinté de niña cuando él se fue un día de viaje.Ahora está en la tierra y en todas partes.Algún día se volverá a la luna o sólo una tarde,escribirá desde ella invisible y recogerá estrellas para hacerlas fugaces,para que yo pida deseos que sólo conoce él y mi padre y su madre,algunos sueños cumplidos o no que le conté cuando era una infante,en la oscuridad de mi cuarto que llenó de luces tantas noches con solo hablarme.
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