En ocasiones estoy en el ojo del huracán,en otras recibo golpes de viento.Me siento inundada pese a las medidas de emergencia que tomo,acabo devastada. Y me vuelvo una perturbación (que no perturbada),una profunda depresión que descarga con fuerza al llegar a tierra,por eso pongo los pies en polvorosa pero no me da tiempo.Soy más de ola de calor:abrazos,caricias y besos de calima tropical,con cuarenta grados no precisamente de fiebre.Y prefiero la gente que es un sol que resplandece más que los nublados de corazón y de mirada de espesa niebla,vamos quienes no son transparentes.
Sin pretenderlo soy un poco borrasca,llevo unas semanas siéndolo,temporal tras temporal que no me dejan levantar cabeza pues soy facilona para esto de los frentes fríos,de quedarme helada o de avalancha de nieve en plena cumbre borrascosa,mi cabeza,no llego a estar atormentada pero de chubascos dispersos sí estoy des-hecha,quizá un poco.Quien no ha sentido una tromba de agua alguna vez en su vida,imprevista y se ha quedado calada hasta los huesos. Dicen que hay un cambio climático y tenemos que cuidar del medio ambiente que nos rodea,en ésas estamos pero ya hace muchos años y no hay manera,intento reciclarme y nada,no me dejan.Para cuando un anticiclón en las Azores de mi alma y brisa cálida infinita,eterna.Tendré las isobaras demasiado juntas...cambiaré mi clima,algún día,es difícil,puede ser cuestión de genética.Alerta roja,naranja en mar o en tierra,una ola siberiana atravesará mi península desde el oeste de mis mejillas al sur de mis caderas,viajaré con cadenas por si acaso o me quedaré en casa hasta primavera.
Por el norte se avecina de marejada a fuerte marejada pero vives en un valle con microclima.
ResponderEliminarMe gusta el sol de invierno, ese calorcito inesperado q te hace pararte un momento, disfrutarlo y sonreir... Es un delicioso momento de paz.. es perfecto!
No hace falta ir a ninguna parte todo lo q queremos está aquí. Pondremos la chimenea, haremos chocolate, charlaremos y dará igual el tiempo q haga fuera.