Una pregunta merodea cerca de algunas respuestas en-calladas de color blanco mármol.
No se atreve a entrar sin avisar por sentirse extraña y tan vulnerable. Las ventanas apagadas y las luces afónicas le insinúan que quizás no es un buen momento, además las flores fuera llevan secas demasiado tiempo.
En el cementerio la luna está susurrando en plata y su lenguaje remueve todo hasta el último resquicio de timidez escondido como si a un silencio algo asustado no le gustase ni el truco ni el trato.
Delante de algunas lápidas se olvidan por tradición los rencores por un solo día y al otro lado del frío inmenso algunos temores surgen por los rincones de cada vida deshabitada y a tumba abierta algunas ausencias aún sangran.
Sin embargo con solo con un instante de racimos tiernos, brota un recuerdo inmejorable, en una habitación con vistas , una mecedora es feliz con su dueña, se hablan sin decirse nada, solo calcetan sueños de esos mullidos de lana cuando una se ríe siendo niña y ella se acuerda de su vecino del que se enamoró sobre todas las cosas.
Ella invitó a la ternura un día entre amapolas a tomarse una taza de dulces maneras y deliciosas palabras y también la inventó remando el viento y bailando el agua y un parapeto insonorizado por si el maldito ruido, uno con mal gesto y erguido que le tenía el pulso cogido, entraba por la ventana desde donde veía los barquitos faenar en la madrugada.
Medía metro y medio desde su cabeza de algodón de azúcar hasta sus pies chiquitos, tuvo muchos niños y tres cuartos de coraje , un gran amor de esos que te llenan tanto la vida que la desborda pero no te pesa el equipaje.
Pasaron rápidos tantos ríos, tantos charcos, el Atlántico ante sus ojos...la pregunta con salitre ya en las manos no dejó de merodear por el vecindario de mármol pero lejos de allí, gracias a la nostalgia, la que murmura sin doler, hay respuestas de colores pastel y entre almohadones palpitan arriba tantos corazones, tres cuartos y un camarote imprevisible, quemada su madera hace d-años, pero la luna sigue llena y adelante con su recuerdo que late único y brillante. Les era imposible no amarse.
Ahora es un hermoso ángel y eterna como lo fue para ella su madre.
Precioso ❤️❤️
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