sábado, 20 de septiembre de 2025

Muda pero limpia

Gime aquella pequeña proa al romperse contra la ira de algunas impías olas, luce aunque sea oscuro el abanico de rencillas de esa señora que aviva cualquier chisme de arcilla, le da forma y quien se cruza con ella como una sombra, piensa que se siente más que sola y le deja unas palabras en su boca rota.

El parque parece tener frío, caen las primeras hojas y algún despistado chiquillo. Los columpios no se mueven, el tobogán saca su lengua como siempre, los bancos vacíos ya no esperan que sobre ellos haya corrillos, tal vez solo sientan que ya no les calienta el estío.

Pasea tu coraje sin correa y sin querer que se vea, un joven ata bien corto al temor y al que osa hacerle de menos mientras piensa por mucho menos son inmaduras la peleas y cabezas sin ideas.

Ventea el viernes del hombre de la esquina, parece un lunes en enero y cuesta arriba. Tiene su barba en guardia rodeando lo que su boca no se calla. 

Muerde el ladrón su guante blanco y roba el corazón de una joven que por la ventana asoma. Se pone pudoroso el atardecer de sus labios, arde la arena en sus pies y en sus manos, en ella ya no queda ningún resquicio de verano.

Perdonan la vida aquellos que se enojaron sin motivo, con furia y descaro escapan insultos sin necesidad de gritarlo, pero no es solo soberbia la capital de sus pecados.

Se rasgan las cicatrices del suelo, a la tierra se le abren las carnes por las injusticias que la pisotean y desde muy hondo llora despacio.

Y al fondo de un escenario, una voz muda pero limpia, des/fallece y hace mutis por el foro.


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