Papá y mamá tengo que deciros algo...que respiran mis latidos cojos,que me ha vapuleado como sabéis ese miedo tan grande que era quedarme sin vosotros.
Ya no hay lugares ni grandes ni pequeños que me buscabais para detener el gruñido de mi hiriente oso,no encuentro ni vuestro bello poso,quizás en vuestras nietas un poco, pero sí mucho de un lodo vacío que me trastoca del todo,me cambia algunos recuerdos de sitio, me desafía con improperios macerados en amargo licor que bebo, me saca de las puertas el quicio y un jurado me declara culpable por ser cobarde y un vulnerable delito.
Tengo maniatadas las lágrimas por unas pastillas de frenar en seco pero me disparan la angustia que siento, los tobillos se me aflojan y es de extraño hormigón, el muro que retiene mis emociones,dentro de un puño cerrado mi corazón,solo que el puño no es mío y es violento y frío, como si se hubiese vuelto el invierno un loco derribado,como si el amor a la intemperie estuviese hecha de esquinas sus invisibles paredes de mármol más que inquieto se hallase y más varada y helada me hundiese, qué ardua tarea es lidiar con la desdeñable de-presión.
Necesito deciros que estoy con el corazón tan triste y soy un marrón que me siento nadie sin vosotros, que las series que veo quiero compartirlas como siempre hacíamos los dos,hay algunas que te hubiesen encantado papá como hablar de tanto hasta las tantas y las buenas noches que nos decíamos era un bello nosotros y cómo me contaba mamá lo que le gustaba que le hiciese bizcocho.
A Riazor ni me acerco ni a su viento me asomo y si cruzo la calle a ciegas ,es para que me atropellen la vida de otros.
Tantas veces siento que mi esencia se fue con vosotros, la belleza que tenía yo en vuestros ojos, la valentía que respiraba mi aliento en el vuestro, la risa de nuestros buenos momentos, la caricia dispuesta en vuestras manos y a mi espalda solo vuestros mullidos besos para resguardarme de los que atacan por detrás tan perniciosos, vuestro amor era incondicional y tan hermoso.
En mi retina hay un cinexin deteriorado, parpadeo recuerdos para arreglarlo y solo veo a un ratón con guantes blancos y a un perro naranja muy raros.
Pero en mi mente escucho voces cálidas y un pasillo largo,son las vuestras que nos dicen que empieza la sesión de tarde y que se ha vuelto a estropear el lavavajillas y el agua campa a sus anchas en la cocina mientras mi memoria se empapa de los hermanos Marx y de Harpo con su bocina.
Papá y mamá os hablo desde este silencio Tsunami que me tiene atrapada entre las sábanas en-calladas y la sabana nada africana como un invernadero de cenizas porque ya en mí suena infinita la nada. Y lo peor es que no quiero ser un fraude para los dos,imagino lo que me diríais para salir de donde estoy pero un inevitable silencio jadea inmenso a mi alrededor.
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