domingo, 13 de octubre de 2024

Me importa un camino

No sé si escucháis a los caminos...sus ruidos,sus alardes, sus tropiezos,sus plegarias,sus obstinados parloteos,sus cuchicheos mordaces,sus pensamientos tan fieros,sus pedacitos de silencio.

Cómo nos cuentan sus hazañas,sus primeros besos,sus flaquezas o simplemente sus devaneos,sus ternuras, sus heridas...pecados improbables o errores buenos. Tal vez cómo echan a volar sus lamentos solo si pasa algún chiquillo feliz corriendo.

No lo sé,es in-cierto pero si yo los oigo en-callados por sus recovecos, en el alma siento el cierzo aún más seco.

Aúllan las altas ramas de algunos árboles inmensos que cubren esos caminos si en los pasos que das, se te queman los dedos. Huelen a incienso tus huellas ,arde a jirones el viento, gira ebrio el vacío tan dentro mientras algunos caminos se retuercen de dolor,no por sus fracasos sino por la certera puntería de esos inoportunos aciertos.

Mentidme!! - les suplico ,les ruego con mis zapatos sobre ellos tan roídos,tan viejos;no os quedéis solo con las risas de los niños,dadles también a sus abuelos... vuestros metros de aliento y no solo aletargados kilómetros de largo invierno.

No sé si sentís la savia de aquellos árboles que os rodean inmensos,tal vez sí a la sabia que algún día os recorrió enteros hasta en Guinea recónditos senderos.Me cuenta mi sentida nostalgia que hacía tapetes de ganchillos con las flores que se encontraba en su jardín secreto o las colocaba entre páginas de sus romances leídos o me las prendía con mi edad aún delgada en los rizos de mi cabello grueso.

Caminos hermosos,intensos,pasos enormes o pequeños,mis padres por cuántos anduvieron...alunizados vosotros de tantas pisadas,las de mis padres por ejemplo...sin rendirse,juntos de la mano,fundidos en el beso. Llegaron a vuestro final satisfechos de lo andado y de lo que no hasta que los detuvieron,los atracó la parca y a nosotros nos desvalijó por dentro y para ellos empezó su autopista hacia el cielo. Recuerdo que fue cómo una despiadada emboscada en el desierto, a lo de mi madre y lo de mi padre cómo esa tormenta que se ve venir cruel no tan lejos. Y se os oscureció el semblante y empezasteis a ser un mal trecho.

Sin embargo desconozco algo de vosotros,os duelen las grietas? Por qué no parecéis tener miedos,los atais a vuestros troncos,a la irascible garganta de tantos infiernos ,a la crecida de los ríos cuando las nubes altivas no paran de llover torrenciales y os anegan sin remedio? Os desgastan,no es cierto? Por el mío voy torcida pero tampoco vuestro tocayo está recto. Se me doblan las ganas como las rodillas que no aguantan mi peso.

A veces veo luz en la esquina del viento,me salen dos coletas y siento la voz de mi madre que me coge la mano con la ternura que habita en algunos cuentos y a mi padre que se acerca a nosotras con ese gesto tan suyo,tan nuestro y tú,camino te ponías tan contento...y yo levantada un palmo o dos de tu suelo. Lo notabas? Me envolvían hermosa,se detenía por un instante nuestro tiempo pero al abrir mis ojos...otra vez sola camino por tu sinuoso cuerpo huérfano y me pregunto lo mismo si alguien os escucha, caminos, ya seáis propios o ajenos,que os tengamos cerca o nos quedéis lejos. La nostalgia casi siempre os reverdece al mecer  despacio los pequeños y preciados recuerdos.

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