lunes, 26 de agosto de 2024

" Vendimiarse"

Sin sutileza caen las tardes como si fuesen piezas de un efecto dominó,las horas se estrechan y el día ya no se hace tan grande.

A Lorenzo le cuesta mantener el ocioso moreno que hay bajo sus tenues rayos y las nubes blancas que le acompañan como damas de honor de algodón de azúcar se dispersan como los ecos que quedan del estío ya cansado.

La verbena de las vacaciones empieza a ponerse una rebeca al anochecer aunque no haya sonado a gusto de todos y la rutina empieza a asomar su nariz y es otro tipo de equipaje el que debes preparar.

Hay algo bello, ligeramente bello en nuestra vuelta al "cole" y en ese señor de hoja/lata llamado Septiembre: el acabar un libro para empezar uno nuevo...nos quedan muchas hojas para leernos y no solo las de los árboles dispuestos a desnudarse sin ningún pudor en cuanto venga el apocado seductor otoño,eso sí algo subido de ocre melancólico.

Regresar a nuestra casa y desempolvar los horarios, a nuestra vida y las calles donde saben nuestro nombre y que llantos nos muerden y que sonrisas se nos ponen. Volver, siempre hay que volver...

Es pisar otro tipo de arena,la del tiempo y ahora es tiempo de "vendimia/rse."

Todavía recuerdo el sabor único de la casa de mis abuelos paternos y sus deliciosas uvas coloradas y la parra bajo la que había una mesa de piedra con sus bancos también de piedra en un mágico rincón del jardín nada secreto tan hermoso que nos cobijaba del sol de agosto...mis padres y su jugoso racimo de cariño inmenso.

Y al bajar a la izquierda,una huerta grande donde se encontraba un pozo en el que más de uno mimetizados como Platero nos asomábamos de niños para alcanzar más pronto las estrellas.

Y todo esto me lleva a la canción de la vendimia( un poema de Miguel Hernández) en Cuéntame cómo pasó,otro bonito recuerdo muy de la mano de mis padres, no como una hoja más que se pasa si no que permanece nítida y entrañable en la bañera caprichosa de la memoria.

https://youtube.com/watch?v=Ja3sD1lox9s&si=QTeQNIxK6bRDIvW6

domingo, 18 de agosto de 2024

Tantas veces

Tantas veces hemos dicho nunca como siempre.Hemos suspirado como ese resoplo de viento cansado,besado versos de muchos clásicos,temido monstruos marinos de golpes de mar pasados y  de pasos desnudos, malheridos con el corazón descalzo.

Tantas veces hemos hecho el indio llevando vaqueros,hemos sido despedida en la estación del invierno,cuchillo de palo en casa del herrero, el supuesto mal de ojo si nos mira un tuerto y hemos abrazado el tiempo del modo equivocado y momentos que creíamos ciertos se volvieron inciertos en otras manos.

Tantas veces hemos gritado por dentro como en el cuadro de Munch,enmudecido si nos han dado un beso como el Klimt, paralizado como si la gran ola de Kanagawa se nos viniese encima al no estar nuestro océano nada pacífico y sonreído como la Mona Lisa ; por eso nos hemos visto sin estar en un museo, expuestos y colgados.

Tantas veces hemos bajado lentamente por una escalera de caracol como éste parece dudar sobre el esplendor en la hierba. Hemos iniciado el principio de una bonita amistad,soñado con vivir en nuestro propio Nothing Hill y ese abrazo incomparable, mágico de George Bailey con su familia y repleto de amigos incondicionales, nuestro salón. 

Sin embargo tantas veces hemos vivido una pesadilla antes de Navidad que nos hemos convertido en un Black Hawk derribado por encontrarnos en la pelea del día a día y notado nuestro cuerpo como zona hostil.

Tantas veces hemos sentido el corazón tan blanco y todas las almas en busca de tiempo perdido como Pedro Páramo, con cien años de soledad, olvidando que lo raro es vivir mientras silba nuestra primera memoria.

Tantas veces hemos sido el burro amarrado a la puerta del baile,el domingo en el que pierde nuestro equipo a dos minutos del final,el agosto que hacen con nosotros algunos que se hacen llamar compañeros y la búsqueda incansable de la verdad en todas las mentiras que nos asedian; también ese Pisuerga aprovechando que pasa por Valladolid tantas veces para tantos...y su caballo de Troya para unos cuántos...sin importar ni cómo ni cuándo.

Tantas veces hemos creído que somos diferentes...iguales que nadie, pájaros de agua que solamente quieren aprender a volar y no cobardes que juegan a ser valientes y hemos perdido miradas que llevaban puesto nuestro nombre y las llaves de aquella tarde que se nos hizo pronto para volver.

Tantas veces hemos vivido sin apenas darnos cuenta...con muchas preguntas y ninguna respuesta.

jueves, 15 de agosto de 2024

En proceso...

Me gustaría no hacer tanto y tanto examen de r-e(n)mienda y des-propósito de conciencia, lo que viene a ser una ITV (inspección técnica del valor)pero mental por no encontrarme muy católica pero en esas estoy...

Debería haber puesto mi cara de gala en aquella fiesta y tomar más el sol para estar morena mi alma para la ocasión y de paso no haberme vestido hippie como si fuera un extra del musical Mamma Mia o de un light Woodstock.

Debería no ponerme de perfil falso como si estuviera detenida en un calabozo Resort con piscina y conviviendo con la mismísima Cenicienta que soy yo y esa voz interior...de la reina de corazones que escucho cómo sugiere a los naipes que me corten la cabeza antes que se deshoje la flor de mi Bestia que ama a la Bella que de pequeña alguna vez fui yo,gracias a la mirada de mis padres y su infinito amor.

Debería dejarme más de lado , todavía me sangran la espalda y el costado de alguna reyerta en la que ni me enteré que la que tenía el puñal era mi mano pero quien cayó al suelo fue mi decepción.

Debería haber ido a ver cómo atardece el sol,su explosión de naranjas y rojizos en plena ebullición,luego tomarme una copa de vino o una clara o dos y recordar qué bonito es el amor.

Debería olvidar que la soledad es mi trending topic si no estoy en las redes sociales,mas bien las asociales y me lo he buscado sin quererme y no bajarme demasiado en esta estación valiosa de estío con ocioso pundonor.

Y debería tantas veces y tantas horas que mi examen de" remienda "y los despropósitos de mi conciencia quizás aprietan demasiado mi corazón,además en el púlpito de mi mente sigo escuchando el mismo desafiante sermón...

Quiere que me bata en duelo y en esas estoy pero las armas debería escogerlas yo,lo que sucede es que el ego y el arrojo ya las habían elegido otros y el valor está algo des-cosido a tiros y al coraje tengo que sacarle brillo y el gatillo del miedo se me disparó en el pie y cojeo de torpeza por mi propia flaqueza, parece que duelo a cada paso pequeño que doy.

viernes, 9 de agosto de 2024

Érase...alguna vez

Estuve en un bosque durante unas horas en medio de un cuento vestido de fiesta y engalanado con luces.

Se respiraba buena música y sonaba cálida la brisa en medio de amables silvas y de espléndidos árboles mirones...mi cuerpo creo que bailó y cantó alguna vez pero la nostalgia d-olía a rayos de astilla de roble y los truenos retumbaban en mí...sabía que en aquel momento yo era la tormenta im-perfecta pero no podía ponerme plomiza y quedarme a oscuras.

Las risas y las rosas y las palabras floreadas alborotaban de felicidad hasta la tarima que crujía bajo nuestros pies al caminar. Parecía que todo el mundo esa mañana se hubiese bañado en una inmensa marmita del cariño más auténtico que la imagen diáfana de una manera tan bella aún se pasea por mi retina y mi rutina.

Nunca había estado en un cuento perfecto donde hasta el mínimo detalle era hermosamente valioso.Y si estuve alguna vez se me debió traspapelar alguna página en la memoria o la borró de mi álbum de recordis el incompleto desconocido que habita en mí.

Sin embargo mi soledad invidente me rasgó el alma y la tristeza rabiosa se coló en todas mis heridas a la orilla de mi atlántico océano del miedo.No había un porqué si todo alrededor era maravilloso.

Salí del cuento igual que entré...sin dejar huella y con el corazón encogido de hombros con un confuso pellizco y una inquieta rozadura en la sonrisa apenas esbozada. Y pensé que tenía que haberme marchado mucho antes de haber ido y que el amor incondicional nunca es para siempre,también envejece y ...des-fallece. Sentí que las fábulas ya no eran para mí si es que alguna vez blanca lo fueron.

Cómo es la pena si profunda cala... un invisible burka que no te deja asomar a ciertas emociones y te conviertes en un des- velo que te oculta por fuera y se te clava tan dentro,muy adentro.

A la gente no le gustan los tristes y los tristes lo saben y se disgustan más,son una extraña pareja como si al final del cuento las que comiesen felices fueran las perdices.

No me hallé entre la multitud...y no había ninguna puerta en medio del bosque para huir de mí,de la impertérrita delincuente que me roba las ganas y del rubor de mis olas en plena marea alta,tan alta como la torre en la que Segismundo encerrado con sus soliloquios estaba.

A lo lejos y a la vez cerca, alguien muy delgado me acariciaba tan Giacometti el rizado des-velo,mientras silbaba y me regalaba todo su amor como siempre. Y cerca pero muy lejos ella brindaba con un trozo de dulce en sus hermosos ojos verdes con una sonrisa en su mirada al mundo,ambos de la mano juntos festejando la vida de todos sus amores.

La neblina se fue disipando,solo me quedaban sus rasguños húmedos y una sensación de haber estado en Riazor con los talones de julio hundiéndose en la arena del tiempo, asomando sus dedos agosto en la orilla sentada junto al mar,ahora inseparables mi tristeza honrada y su vaivén de hastío ya maduro,al que le queda poco margen para esa ilusión con coletas que se te pone ante las bonitas sorpresas.