Noto cómo se siembra la sospecha debajo de la mesa cuando palpo tu ausencia tan cerca.Acaricio la sobremesa de tu silencio si tu café ya no humea.
Me doy cuenta del demasiado que habita,a veces,en el tiempo que ha pasado con sus pasos rotos y sus ademanes de viejo loco que peina las canas de su salvaje mordisco que aún duele y quema.
Sin embargo despacio la tarde beso mientras el otoño juega con sus hojas y su viento improvisado y sé que el valiente que me queda, huye dentro de mí porque siento cómo le pellizcan los talones,cómo le acechan.
No es una tarde cualquiera,nunca lo es y de haberlo sido,ojalá no lo supiera.
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