Ahora que respiramos desierto,todos el mismo y sin un sol claro de por medio,vivimos con la sensación de no poder alcanzar esa caricia que alguna vez fue tan de verdad y de melena al viento.Sin ataduras,sin ser comedido en el gesto.Abierto,ese siempre abierto.La mascarilla jamás se debería llevar por dentro.
Llenemos nuestros ojos de miradas con sentido silencio que salen de esa boca no sólo del metro...y medio de distancia y de latidos a corazón descubierto como nido en revuelo que juntos alzan el vuelo.
Encantados de entregarse a la vida con el miedo no injusto y con un par de imborrables recuerdos,de los que nos iluminan tanto que amanecemos con nuestra luz propia en la ventana de un mundo de por sí siempre incierto pero no por ello privado de sueños.
Sintamos amor...seamos prudentes. Rasquemos la escarcha de ese dolor que solo sabemos si es grande o pequeño cuando notamos que si respiramos solos,encogemos... tanto de frío hasta en-volvernos invisibles de una nostalgia que vive extraña en el nudo del vértigo.
Ahora que tememos dos o tres sombras que nos acompañan según el momento,encendamos el aliento,el mismo que ponemos en nuestra mejilla de noche y que apenas nos bebemos,solo si estamos sedientos o sin el abrazo de aquel edredón amigo,abrigo de nuestro cuerpo.
Vivamos con la decisión del buen criterio que no con la del cretino que paladea soberbio con sus fraudulentos senti-miento-s
Seamos juiciosos...sintamos amor...porque a veces la sinrazón,la estrecha de miras,no le presta atención,que nunca nos falten las horas para sentir calor y que lo único que nos sobre sea el desalojo del que palpite en el hermético no,ese que asfixia cuando uno sí quiere...cuando un delincuente es quien nos ha robado más versos de los que rimaban libres en el romance de nuestra alma de arte menor.
El ayer titubeante se ha colado descaradamente en nuestro hoy,en esa agrietada vajilla desdibujada de nuestro cotidiano corazón que a golpe de desprendimiento de rutina,pierde miradas cautivas y se tropieza con ese falso arrepentido que ya no pide ni perdón.
Sintamos amor...del que se dispara en la madrugada sin balas,solo lleno de valor.
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