Esos niños de cuarenta y tantos(14)

"Cambió el tiempo,su tiempo,su al compás.Desafinaron tantas veces que ya no pueden estar juntos.Son unos niños de cuarenta y tantos.Como decirle a alguien que quieres que ya no le amas.Pues él lo hizo una mañana de jueves tomando un café muy cortado y con un poco de mala leche fría y ella con la mirada vidriosa a punto de romperse.Y le dolió pero sospechaba que ya no iba a dolerle  más.La certeza es lo que tiene,la duda a-bruma,niebla costera que no deja ver bien al otro,que ya no lo vas a volver a ver como antes,se vuelve tan espeso el latido que cuesta digerirlo.Una respuesta a una pregunta que llevaba haciéndose tanto tiempo pero aunque intuía la verdad,esa verdad que lleva escrito el silencio demasiado cálido,de bochorno,el escucharla lo cambió todo porque se clava y se convierte en herida abierta.Y quizás prefería no saberlo pero la ignorancia a veces te salva porque tiene que ver con ser feliz.Son algunos de  esos niños de cuarenta y tantos que se asustan pero no lo reconocen,llevan el miedo dentro y ya no pasean su amor de estreno,son de segunda mano.Dicen que el roce hace el cariño,tal vez...pero cuando ya no te acaricias ni con la mirada,la frialdad se vuelve tan húmeda que se te cuela hasta en el verde o el azul o en la miel de tus ojos.Y así les pasó a ellos,ya no están juntos,ahora desafinan por separado,todavía desencantados por lo que pudo haber sido y no fue.Tienen que empezar desde cero su des-concierto vital,su vida continúa pese a no ir ya de la mano..."
 Pero también hay niños de cuarenta y tantos años que siguen como si el tiempo se hubiese detenido en aquella rayuela pintada en su corazón cuando se enamoraron,otros continúan tirando del hilo de la cometa en la playa en la que tantas veces hicieron castillos de arena con sus sueños y algunos juegan al parchís de sus sentimientos,de te como una y te cuento las veinte veces que te voy a volver a comer y se ríen como chiquillos...tan felices.Cada niño es un mundo y los de cuarenta y tantos no iban a ser menos.Con -vivir no es tarea fácil y menos si hay hijos de por medio y mas si éstos son de los que hacen que ser padres se convierta en un puenting diario con esa sensación de vértigo permanente en la que apenas tienes tiempo de darte cuenta que está tu pareja al lado sostenido también con su propia cuerda y algunos se descuidan más de lo que ellos se  creían y cuando quieren remediarlo ya es tarde,a veces demasiado,tanto que tus hijos ya se han ido de casa y te queda una cara de imbécil preguntándote quien es ése o ésa que está a tu lado con la misma cara que tú como dos extraños que se encuentran en una calle de madrugada y con un frío que te recuerda que solo es invierno dentro de tu casa y que no sabes como has podido llegar hasta allí sin sospechar que la vida que le has dado a tus hijos era la tuya a un precio desproporcionado y lo más curioso es que volverías a hacerlo sin pestañear. Hay que amar como si cada día fuese el último de tu vida,como los niños sin apenas noción del tiempo,disfrutar el momento,callejear las emociones a flor de piel,sin perderse ninguna,sin des-esperar nada y esperando todo.Ya sé que mañana siempre fue una palabra diáfana,tan blanca como una novia y tan bella como cenicienta pero corres el riesgo de no disfrutar el hoy... Conozco a una niña de cuarenta y tantos que parece salida de un cuento de hadas.Le gusta ver como el sol juega al escondite entre las nubes de algodón,para ella la ilusión es simplemente respirar,vive justo entre la frontera del ayer y el mañana,al filo de la ternura.Sabe saborear el instante de una manera intensa como si fuese una enorme copa de chocolate como la que disfrutaba a diario de pequeña con sus padres.Para ella un verano es lo que tarda en salpicarse la noche de estrellas junto a alguien querido por mucho frío que haga o que tenga.Y siente que el calor no se pierde jamás en un abrazo cuando tu alma está llena de agostos y de buena compañía pero no de teatro.A esta niña de cuarenta tantos años el amor le parece lo más hermoso y frágil que puede existir,ahora éste ya tiene canas pero ella le sigue dando su baño de color pero lo pasea de primera mano y con esa sonrisa que sale de dentro,recién pintada,con el alma limpia como la niña que dibuja al sol con una sonrisa enorme y con un guiño en uno de sus ojos porque lo cree enamorado de la luna y por eso resplandece tan falling in love...también ella.