jueves, 24 de octubre de 2024

Estambre de la vida

Se dice que el casado,casa quiere; pero el cansado, su primer hogar necesita...o al menos es tu quejido el que lo grita, el de tu alma deshabitada,en la que ya no hay cerillas que te incendien pero sí angustia que te ladra.

Llevas unas heridas en el cuello de sibilina lana fina,unos pespuntes gruesos en tus pensamientos de trapo,tu nevera ya no calienta como antes y en la estufa hay un frío errante.

Tiritan tus palabras,se abren trémulas sus carnes,la leña de tu árbol caído está que arde,los besos que no diste vuelven a tropel a tu memoria de elefante que hace tiempo que entró en la cacharrería de tus pálpitos tirados por todas partes.

Camina cerca un tumulto de gente en círculos egocéntricos,las piedras y sus ombligos se han vuelto enormes e importantes,pasea a tu lado tu indigente de cariños pero con tantos desastres como jirones sus bolsillos de viejo ante.

Olvidada en un cajón de la nostalgia de muchos otros,tu fatiga se desmaya y te preguntas sin razón porqué tu vida sigue sin que le importe que ya no estén tus padres.Se pone obtusa,tan ebria de dolor y te lleva por momentos al desguace.

Piensas que los retazos de tu memoria caídos son como ángeles,encienden sus alas,las despliegan para no atacarte .Pero se inunda tu mente de momentos cobardes,aquellas veces en blanco y negro en las que ya en tu hogar no quedaba nadie y no eres ni capaz de rozar Riazor ni sus calles,ni empaparte de su salitre ni de sus olas como brochazos de arte. Tal vez no haya nacido aún quien dibuje tan bello y marino paisaje ni siquiera tu nostalgia surrealista que lleva a sus espaldas un intenso y atlántico bagaje.

Recuerdas el pánico que sentiste al fallecer tus adorados padres,únicos e incomparables...y unos hombres grises te robaron el  tiempo de estar con ellos y tú, pequeña Momo reescribiste sin darte cuenta otra historia interminable. 

Huérfana se quedó no solo tu tarde,al derrumbarse el techo de tu mundo,al abrirse las raíces de tu sangre, enmudeció la mañana y la noche se llenó de ruidos,solo había extraños en tu nocturno e insomne parque,deambulaban para que el miedo te volviese aún más pequeña e insignificante. Ahora solo el cielo de tus padres lo sabe.

Necesitas volver a escucharles, poder abrazarlos,sentir que de alguna manera están vivos,sentados junto a ti mientras veis las series de la tarde,en su salón de cariño gigante,con los crucigramas y periódicos de tu padre sobre la mesa y esparcidos los recortes de revistas y unos libros de Jane Austen que estaba releyendo tu madre.

Y lo único que rugía era el mar si su marea fiera trepaba por las rocas con furia para zamparse la rotonda donde patinabas cuando eras infante en los veranos donde te daba la merienda y más vida si cabe tu madre; tú saltabas a la comba mientras se ponía el sol de estambre y su mirada de tierna oliva acariciaba tu cuerpecito de junco,de suave alambre,de la misma forma que hacía tu padre al cogerte la mano y al hablarte.

domingo, 13 de octubre de 2024

Me importa un camino

No sé si escucháis a los caminos...sus ruidos,sus alardes, sus tropiezos,sus plegarias,sus obstinados parloteos,sus cuchicheos mordaces,sus pensamientos tan fieros,sus pedacitos de silencio.

Cómo nos cuentan sus hazañas,sus primeros besos,sus flaquezas o simplemente sus devaneos,sus ternuras, sus heridas...pecados improbables o errores buenos. Tal vez cómo echan a volar sus lamentos solo si pasa algún chiquillo feliz corriendo.

No lo sé,es in-cierto pero si yo los oigo en-callados por sus recovecos, en el alma siento el cierzo aún más seco.

Aúllan las altas ramas de algunos árboles inmensos que cubren esos caminos si en los pasos que das, se te queman los dedos. Huelen a incienso tus huellas ,arde a jirones el viento, gira ebrio el vacío tan dentro mientras algunos caminos se retuercen de dolor,no por sus fracasos sino por la certera puntería de esos inoportunos aciertos.

Mentidme!! - les suplico ,les ruego con mis zapatos sobre ellos tan roídos,tan viejos;no os quedéis solo con las risas de los niños,dadles también a sus abuelos... vuestros metros de aliento y no solo aletargados kilómetros de largo invierno.

No sé si sentís la savia de aquellos árboles que os rodean inmensos,tal vez sí a la sabia que algún día os recorrió enteros hasta en Guinea recónditos senderos.Me cuenta mi sentida nostalgia que hacía tapetes de ganchillos con las flores que se encontraba en su jardín secreto o las colocaba entre páginas de sus romances leídos o me las prendía con mi edad aún delgada en los rizos de mi cabello grueso.

Caminos hermosos,intensos,pasos enormes o pequeños,mis padres por cuántos anduvieron...alunizados vosotros de tantas pisadas,las de mis padres por ejemplo...sin rendirse,juntos de la mano,fundidos en el beso. Llegaron a vuestro final satisfechos de lo andado y de lo que no hasta que los detuvieron,los atracó la parca y a nosotros nos desvalijó por dentro y para ellos empezó su autopista hacia el cielo. Recuerdo que fue cómo una despiadada emboscada en el desierto, a lo de mi madre y lo de mi padre cómo esa tormenta que se ve venir cruel no tan lejos. Y se os oscureció el semblante y empezasteis a ser un mal trecho.

Sin embargo desconozco algo de vosotros,os duelen las grietas? Por qué no parecéis tener miedos,los atais a vuestros troncos,a la irascible garganta de tantos infiernos ,a la crecida de los ríos cuando las nubes altivas no paran de llover torrenciales y os anegan sin remedio? Os desgastan,no es cierto? Por el mío voy torcida pero tampoco vuestro tocayo está recto. Se me doblan las ganas como las rodillas que no aguantan mi peso.

A veces veo luz en la esquina del viento,me salen dos coletas y siento la voz de mi madre que me coge la mano con la ternura que habita en algunos cuentos y a mi padre que se acerca a nosotras con ese gesto tan suyo,tan nuestro y tú,camino te ponías tan contento...y yo levantada un palmo o dos de tu suelo. Lo notabas? Me envolvían hermosa,se detenía por un instante nuestro tiempo pero al abrir mis ojos...otra vez sola camino por tu sinuoso cuerpo huérfano y me pregunto lo mismo si alguien os escucha, caminos, ya seáis propios o ajenos,que os tengamos cerca o nos quedéis lejos. La nostalgia casi siempre os reverdece al mecer  despacio los pequeños y preciados recuerdos.