jueves, 5 de septiembre de 2024

Marchando unas certezas tostadas 0.0

Añoro más buen tiempo,una tarde al menos en el regazo del recuerdo hermoso cuando era niña...una mañana despierta gracias a los dulces besos de mi madre en las mejillas sonrosadas de mi infancia,una noche de cine en salón de mi hogar en la esquina Atlántica de Riazor junto a mis padres y hermanos... con esa peli clásica de West Side Story ,por ejemplo, de fondo mientras ellos bailaban y cantaban,nosotros con la luz plena del alma encendida.

Necesito más horas de sueño/s cumplidos como aquellos en los que alguno de mis hermanos, de pequeña, me llevaban a ver en pantalla grande con su chica,cada uno con la suya obviamente : los 101 Dálmatas, la Dama y el Vagabundo,la Cenicienta, Annie, E.T...o como otros en el que mi padre hacía de paje conmigo una mañana de finales de diciembre muy temprano y cogíamos los regalos de todos con la lista de sus deseos en mano.

Parábamos a media mañana para tomar café nada cortado en palabras en el Otero, mítico bar en la calle de los Olmos conocido por sus exquisitos calamares que en otras ocasiones los comíamos de tapeo todos juntos.

O aquellos días de luna de miel mágica e incomparable,en el paseo de mi mano enamorada por su mirada también enamorada con el Síndrome de Stendhal cerca de nosotros al contemplar el Duomo o el Ponte Vecchio al anochecer y recorrer la Loggia Della Signoria como si fuese un museo al aire libre. Volvería una y otra vez a decirle sí quiero al amor de mi vida,ese instante en el altar de la iglesia pegada a mi querido colegio.

Anhelo más momentos de certeza tostada 0.0 como todos aquellos pasados pasos de mi camino cerca de mis padres. Volvería al preciso instante en el que le vi las caras a mis niñas por primera vez, a sus ocurrencias de plastilina y a sus palabras de chocolate que tiznaban el borde de sus labios y a aquella ternura infinita de sus abuelos maternos viéndolas crecer. Ojalá desde donde estéis, sigáis haciéndolo. 

Me gusta acariciar vuestra certeza estrella al contemplar la huella tan bella que habéis impreso en ellas. En ciertas ocasiones, las miro y os veo...como al dibujar una como los ángeles como tú, mamá y la otra que emocionada vive los partidos como si fuese ella la que tira a gol, ¿a quién te recuerda, papá? Pero en su dulce sensibilidad y en su humildad; en su honestidad y en su lealtad es donde más os reconozco en ellas.

Y también me pasa con mis amados hermanos,con vuestros otros maravillosos nietos hasta con mis buenas amigas...con todas las personas que han formado parte de vuestra vida, vuestro increíble poso se respira alto y claro. Gracias por ello...os habéis quedado prendidos con certezas muy tostadas en sus corazones.

Cada segundo que tiene un minuto,cada minuto que tiene una hora,cada hora que tiene el día, necesito menos de mí y más de tantos...os añoro desde este agujero de soledad que me resquebraja y me agota de tal manera que hace que hasta mi lámpara de pie acabe sentada a mi lado dándome luz a mi oscuridad.

Y nunca imaginé que se podría servir fresquita la certeza tostada 0,0 : lo que viene a ser la nostalgia a finales de verano. En la nevera siempre hay alguna...certeza para saborear vuestra estrella. Y estas no tienen fecha de caducidad mientras el olvido insolente no habite en la buhardilla de mi memoria.

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