Nunca os dije que las jirafas no pueden bailar y que en ocasiones os convertíais en ladronas del tiempo,de nuestro tiempo...para qué,no erais conscientes de esos diminutos hurtos y a los adultos nos cuesta hacer la vista gorda,tenerla gruesa,generosa como si hubiésemos secuestrado que un día fuimos nosotros los niños.
Sí que os conté dónde viven los monstruos,que leer no solo al Principito os alimentaría,que los árboles no crecen en las nubes y que adivinaseis cuánto os quería...
Y de pequeñas me inventé relatos en la oscuridad del cuarto creciente para acariciar vuestros sueños en zapatillas y ahora que ya sois más del mundo y las alas que habéis construido estos últimos años sin ruido,sin daros apenas cuenta, son fuertes e imperfectamente hermosas, sé que os harán volar a vuestro aire tan auténtico de ese corazón que respira honesto como enorme y si titubeais alguna vez, más al tacto del voluble viento reconoceréis.
Y las habéis hecho en elocuente silencio con vuestra luz bailando de fondo,sin llamar la atención ni aparentando lo que no sois...y muchos quizás no lo han sabido entender y qué...,el público no siempre es agradecido pero eso ya lo sabéis igual que el del cielo sí lo es.
Cierto que una,un minuto mayor,las ha pintado de colores inverosímiles,con plumas a modo patchwork,con infinidad de recuerdos que le den impulso,con caligramas hechos con el pulso infinito de sus dibujos y sus palabras,ha decorado también las de sus amigas y se ha imaginado cerca de las nubes con ellas y ha fabricado una colección de alas porque espera ponerse todas según el momento que sople y a veces volará por el simple placer de volar.
Y la otra,sesenta segundos más pequeña,las ha hecho muy aerodinámicas,les ha tomado medidas,ni un centímetro al azar,ha calculado todas las probabilidades del vuelo,ha comprobado que sea como una viga que aguante las embestidas del mal tiempo,ha puesto su tren de aterrizaje como si fuesen las de un avión y su hermana,a escondidas,le ha tatuado una frase tipo lettering para que no olvide su valor.
Se quieren...sin dudas,con acierto,con esa complicidad única de las que han crecido juntas desde el minuto cero,por ello si una le comenta que ha probado a que sabe la luna,la otra se sonríe diciéndole:" al satélite natural de la Tierra?!"
Mientras la noche les retira su cabello del rostro para que deje rastro su mirada amable y abierta pero las dos disfrutan al contemplar ese susurro en lo alto plateado como a las estrellas a pinceladas y cerca en el hangar de sus dieciséis, están todas las alas guardadas,algunas ya preparadas para alzar su vuelo.