Ánimo sin GPS

Cierto es que a veces el ánimo ataja por caminos torpes. Y por ello titubea y se detiene en su vuelo arrebatado ya que la luz que lo acaricia engañosa e incierta le parece,como el caracol que tiene su escalera se retuerce y medita también su huida sobre el césped,porque frágil es su valor si su marioneta adolece.

De ahí que tiemble su improbable aliento y se muestre ceniciento,desabrido y agotado hasta desvanecerse entre la arena del tiempo vacío.

Y al escuchar cómo desgastan su nombre los balbuceos de un bosque anochecido,piensa que lo están buscando porque lo creen perdido.

Y sin embargo varado en el paraje de su ahogado brío,él solo siente que le persiguen.

Sin comentarios

No se dice que el frío aprieta hasta dejarte ca(l)lado hasta los huesos,esa humedad arisca que evapora no solo tus ganas y en lo más hondo se te cuela;tampoco que la tristeza es lo más parecido a una trinchera infinita en tiempos de pereza...tan lúcida como guerrera.

No se dice que la oscuridad también aterra,te engaña y te inquieta y se queda contigo al ponerte unas velas para usar el romanticismo como treta;ni que la soledad la inventó una multitud de grises envidiosos en una verbena,solo por ir hermosa,por ser distinta,muy desierta,por apreciarse inequívoca...no hay heridas bellas.

Y ni siquiera se dice que la mentira es la que duele,la que cuesta,solo por estar envuelta en papel de regalo como ramo de flores yertas. 

Puede que seamos como veranos rotos pero no se dice,no se cuenta y los nadie de este mundo de grietas lo notamos tan cerca como esa carrera del otoño que se te hace en las medias o el desgaste de lo colgadas que se sienten nuestras perchas.

Tal como suenan

¿No escucháis vuestros estribillos? Impredecibles,incansables,incesantes,tan pegadizos laten en racimos con arte,ya sea mayor o menor. 

Van al trote como los jilgueros,como los caballos vuelan;como las cascadas se ríen y se estremecen como la tierra.

Sollozan como los sauces y se alzan blancos como álamos y alargada parece su entereza.

Como los trigales bailan sus cálidas trenzas y se rompen como las olas si la tempestad por dentro ruge con fuerza.De melena al viento como la hierba fresca se despeina,de mañana de resaca,muy descalzos;vestidos de noche festiva se celebran.

Pero nunca se sabe con ellos...tanto tintinean que ni duermen como lirones pues hasta en sueños trepan como las madreselvas.

Son todo aquello que el corazón rezuma cuando se desborda con poca tregua.Suenan a verdad y duelen como ella. Como saltar en una charca sin botas puestas,como heridas en el ático guardadas en baúles de madera. El sentir sí que ocupa lugar y no precisamente en la cabeza.

No es una tarde cualquiera

Beso la tarde despacio,esos minutos de vela encendida,de manierismo eterno,con sus llamas escuálidas que semejan figuras del Greco,que tiemblan más allá del cañón de la escalera.

Noto cómo se siembra la sospecha debajo de la mesa cuando palpo tu ausencia tan cerca.Acaricio la sobremesa de tu silencio si tu café ya no humea.

Me doy cuenta del demasiado que habita,a veces,en el tiempo que ha pasado con sus pasos rotos y sus ademanes de viejo loco que peina las canas de su salvaje mordisco que aún duele y quema. 

Sin embargo despacio la tarde beso mientras el otoño juega con sus hojas y su viento improvisado y sé que el valiente que me queda, huye dentro de mí porque siento cómo le pellizcan los talones,cómo le acechan. 

No es una tarde cualquiera,nunca lo es y de haberlo sido,ojalá no lo supiera.