Me gustaría que el daño se vaya lejos,que cese de gritarme,que no se me abandone tantas veces en la cuneta de ese corazón de carretera de tercera que me desdibujan algunos en mi pecho. Me gustaría amarme con pálpitos precisos y preciosos y que no se vuelva a saber de mis caricias por otros labios,me gustaría perderlo todo más deprisa porque dentro de esta hoguera,mi fuego me quema tan lento y la bruja se ríe y ni el colorín ni este cuento se ponen colorados y sus eternos títulos de crédito me advierten que me he acabado.
Me gustaría alejarme tanto que no se me encuentre ni en el pasado ni en el presente,quiero que todo amor se vuelva loco de repente y que se me encierre con el paso angosto del tiempo,del mal tiempo que hace en mi corazón de manicomio. Y que si importa que no se juzgue,que no se vapulee,que me despoje de esta camisa de fuerza delirante.
Me gustaría que se levante El pensador de Rodin, que siga caminando mi Giacometti, que no me duela más El grito de Munch,que a la sonrisa de La Mona Lisa le saliese una carcajada. Me gustaría dejar mi ropa tirada y que solo sea mi desnudo,uno nuevo, espléndido y de mi talla,el que bese la boca, esa boca que tantas veces ha besado lo que jamás debió callar y dejar de respirar justo en ese instante en el que me reconocí en la calle, en mi calle,en la misma que nunca volveré a buscarme.
Me gustaría desborrar algunos momentos en los que me equivoqué con tanto acierto,con tanto enojo y en una tarde esperar que se me ame todo lo que yo quise en el ayer y parar de deletrear mi sangre que en esta herida que soy yo,escuece y ya no dejarme ir a otras vidas donde me vuelen la cabeza de un tiro para ver cómo mi desbandada de pájaros esparcidos quedan por la acera y no quiero caducar en tanta nevera ni que se me consuma preferentemente antes de una fecha.
Me gustaría no descubrir más cómo es el viento de otros para dejar de entender el porqué no se parece al mío y la causa de tener esta manada de fríos que me aúllan dentro y la helada de aquella noche en la que tantos a la vez dejaron de ser todo lo que yo siempre había querido,adonde se fueron sus latidos cálidos,cercanos,tímidos...Me gustaría que mis pasos sean solo de baile,que no de braille,que la vida por un segundo deje de ser un ciego disparate y sobre todo olvidarme de esa tilde en la a para no cometer más delitos orto-muy-gráficos y no ser yo quien se dispare a cualquier deshora, en la madrugada,a solas,a quemarropa,una se revuelve loca, a mi cordura le sobran kilos mientras mis relojes derretidos son la persistencia de mi memoria,Dalí se ha convertido en mi relojero, ya no puedo,ya no quiero...se fatiga mi enero.
Me gustaría desnudarme en cualquier sitio,hablarme despacio y decirme al oído que no merezco que me muerdan un trozo de mi luna para volverme la mujer menguante,tal vez por los amantes que me tocan con blancos guantes,elegantes delincuentes que robaron todo mi carmín y dejaron solo hollín en mi corazón de chimenea y ahora los latidos cenizas son y ya ni las brasas quedan. Anhelo apagarme en abril y que sea la primavera la que se encienda de flores y trepen las enredaderas por mi verdad yerta, aún no sé el porqué chirría tanto ser honesta.
Me gustaría dejarme y no escribir más porque estoy hasta los cajones....de mis ebrias letras que solo con sangre entran,pensamientos impresos en la mente deshecha y de este modo poder asustarme sin tener que pedir disculpas o decir cuánto lamento ser tal cual siento ...yo solo quiero entre las tres y las cuatro de tu madrugada,refugiarme dentro de mí. Tal vez así, me gustaría...
«pq quero, pq me peta e dame a gana»
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