A lo lejos y a la vez tan cerca

Y tembló la primavera y temblaron tantas vidas en aquella acera...Se cubrió la luna de sangre oscura casi llena,se gritaron el espanto y el hedor de esa ebria luz que ciega,que envenena el alma y que tiñe más de negro la pena por lo absurdo de una soberbia como si se tratase de una per-turbada cita impuesta con la muerte a bocajarro,a ciegas.

Y temblaron las flores,sus pétalos y a lo lejos y a la vez tan cerca enmudeció el alba de todos aquellos que andan descalzos por la cotidiana arena tan tranquilos y dejan solo amor en sus huellas,personas muy buenas con historias arrebatadas de cuajo por un momento helado,solo uno...de un alienado tan ofuscado por sus alucinadas creencias.

Y temblaron el viento,las calles,el rumor de las sirenas,esas imágenes sobrecogedoras y el lamentable disparate de quién cree que la fe se trata de ejecutarla a sangre fría como si fuese una sentencia.

Y tembló el día no sólo al salir de la escuela... y a media asta se quedaron tantos corazones y sus bellos latidos a la desespera y sobran los motivos y no hay ni siquiera sin-razones para arrebatar la vida de esa manera y de ninguna otra,digan lo que digan y vengan de donde vengan.

Temblando el azar se quedó en aquella acera, vestida ahora y siempre de sentido luto...y tembló tanto el dolor,todo el dolor a lo lejos y a la vez tan cerca. No hay minutos de silencio tan duros cuando el terror golpea en la puerta de tu casa y el hombre del saco te lleva.