sábado, 20 de abril de 2024

En el rincón de pensar

Atardeces...pronto,de repente.El brillo se apaga,tu mirada apenas se enciende.No acabas de encajar en tu presente.No florecen los buenos pensamientos de tu cabeza ni los que hay en el invisible balcón que tienes enfrente.

Suspira la luz de los jacintos marchitos,se entrecortan los pétalos mustios de sus mejillas también mustias mientras los narcisos se ad-miran el espejo de su ombligo. 

El suelo del salón baila bajo tus pies después de tantas clases de tango que ha dado el clavel de tu boca no besada, de vals de las flores que tiene tu Cascanueces de madera desafinada, colocado en el curvado estante de tu pared y de bolero que respira tu arrugada melancolía de papel.

Fuera las calles echan a correr y escuchas los pasos ocres de las hojas verdes de los árboles y el viento desagradecido de los viandantes que están a su aire; vociferan su alegría estridente mientras cerca,muy cerca tu tristeza se convierte en una ilusionista cruel y atardeces pronto,de repente casi sin querer-te.

Y caes en la cuenta que tu rollo de cocina-rte ha sido muy absorbente y como un estropajo te sientes dentro de tu mente con e-rizos que te  erizan algo más que la piel. 

La primavera como un ramo inmenso de colores que chillan,igual que chiquillos a la salida de la escuela bajo un sol de in-justicia y tú te quieres bajar de esta estación porque tu tren descarrila a eso de las seis,tu tristeza a tropel se vuelve invidente,no la ven,el dolor ciego de tu alma desbordada solo tú lo sientes,de madrugada ,al alba,a la tarde,tu ausencia evidente como un nomeolvides perenne puesto en un jarrón bohemio de emociones siemprevivas y con agua algo cobarde ,muy contracorriente... 

Qué difícil es notarse diferente si eres como toda la gente y eso que general-izar es militar-izar los sentimientos pero que a media asta se re-sienten,no atienden a órdenes,solo al desorden que hiere,en el que te dejas.. el que te duele,el que te grita y tú como silencio rendido que envejece,solo tiemblas.

domingo, 7 de abril de 2024

Est(r)ofado de verSOS arrimados

Contéstenme a una pregunta

que no me responde la gente,

pero no por soberbia y distante,

estando yo de cuerpo presente.

Me inquieta mucho la duda,

de tantos porqués sin respuesta,

tan fría y gruesa que abruma,

con la certeza en la piel enhiesta.


Y si galopa mi pena,

y si me aprieta la tristeza,

a qué gente le importa,

a qué hora me empieza.


¿Acaso nadie sufre con fuerza

si el abismo golpea tu puerta,

si la vida, a zarpazos, se pone violenta? 

¿Y sientes tu fe como puzzle de mil piezas?

Dejad que la niebla me ahogue,

permitid que se me aflojen las piernas,

qué bailen mis fieras tan cerca,

qué se agolpen todas las acerbas ideas 

y en desbandada vuelen los pájaros de 

Hitchcock de mi cabeza.


Y si trota mi tristeza,

y si me estruja la pena,

a qué gente le interesa,

a qué hora me quema.


Ya me en-callo,no se apuren,

un público agradecido casi nunca tuve,

ni sintiéndome yo de fiesta

ni bailando entre las nubes.

Solo un ruego me queda,

vivir sin absurdos ni a tientas,

ser más valiente y menos honesta,

si la verdad digo,solo la mentira cuenta.


Y bien es cierto que un triste enfada 

como escribió un tal Miguel Hernández,

oírlo y verlo a los alegres incautos cansa,

cuánta hipocresía hay y sandez

en el que de él se aleja, el que se aparta;

ni todos los cerezos en primavera brotan

ni todas las ranas en sus charcas saltan.