martes, 31 de diciembre de 2019

Hoy sí me van a dar las uvas

Quiero dos mil veinte hablar contigo un rato,no es buen momento,estarás poniéndote muy guapo,estarás nervioso supongo pero necesito mirarte muy lento,de cerca contarte las estrellas que tengo guardadas muy dentro,acariciar como a veces lo hace el viento de un viernes cualquiera, intentar no tocar lo que me hiera,recordarme tus 366 días que se vienen encima como un tropel,algunos lo harán a hurtadillas,otros a bocajarro,la mayoría inciertamente insensatos,otros deliciosamente despeinados.

Dime año nuevo,estás preparado para buscarme un bonito rincón en el que meterme si el miedo se presenta fiero, a modo escondite no jugar conmigo más allá de enero,mira que te prometo plantarte en medio del frío que me dé tu aliento aunque hayamos quedado en pasear juntos del brazo. 
Y no me cortes las alas,no soy una mariposa ni hada pero convencida estoy que me van a hacer falta. Procura no contarme más cuentos ni para dormirme ni si me miro en tu espejo. 

Me gustan las sorpresas pero no las que sueles dar cuando te pones enfermo,mal encarado y furioso porque me siento como si me arrancases la ropa de cuajo de arriba abajo y me llenas la piel de tus zarpazos.

No te confundas,me emociono al ver tus primeros pasos,das lo mejor de ti y todo el mundo reparte besos y alza sus copas para pronunciar tu nombre con un  feliz delante pero a medida que creces,metes la pata,ojo es normal, vuelves algunos de tus días fangosos,en letras disparatadas,se tuercen los renglones de tus noches extrañas.

Robas el calor a ciertos momentos,ya sé...no pretendo juzgarte pero tu predecesor fue muy cobarde,lo pienso y aún me tiemblan las lágrimas y no solo las mías ,fueron tantas las mejillas,mejor que calles el ruido de dentro,ese jaleo que da la desazón,por ello te propongo que en muchos de tus días charlemos los dos,quizá surja una bella historia de amor.

Así que ponme a todo volumen el sol en tus nublados días,súbeme a lo más alto cuando me hunda en el barro de un discurso barato,tápame la boca solo si ves que voy a pellizcar demasiado a alguien,si me das lecciones que sea como maestro de las emociones,sé cauto si ves mi corazón trémulo porque naufrago. 
Cuando corras hacia mí que sea para un enorme abrazo,si me tropiezo que no vea tu pie de d-año nuevo gigante y de reojo mirarme.
Por favor,no te rías,tú tendrás muchos días pero en mi espalda pesa demasiado mi mochila. Y deja en paz mis cicatrices,las de todos,las de mi nadie...

Ah y no te olvides que baile...un martes,un 27, un abril, no me da igual la canción que suene...ponme una copa de vino en la cocina,deléitame con un clásico en mi retina pero no de vecino...que vuelen palomitas de maíz y reír y sentir...vivir.

¿ Sabes año nuevo? Tienes el poder de los héroes,eres tiempo...te presentas ante nosotros con miles y miles de horas llenas o vacías de oportunidades pero con valor,aplomo y coraje. Suerte de brindarnos inviernos que visten la hierba de novia,primaveras de flores y luces que estallan en nuestros ojos,veranos de salitre y de versos de arena bajo nuestros pies y otoños que se colorean ocres en las almas más bellas.

Por eso dime los hilos que debo cortar para no ser una marioneta en ajenas manos,los que debo guardar para coserme los desgarros,los que tengo que usar para no perder la cordura ni la cometa de niña ni la dulzura y también el de Ariadna cuando atrapada esté en el laberinto de mi impaciente calma.

Y dicho estoy te doy la bienvenida como siempre a medianoche,ten cuidado con todos tus días ...no lo olvides...los humanos frágiles somos y algunos aunque indolentes parezcan,créeme también les
duele. 
Preparada no,lista tampoco pero tú 20 20 con buenos propósitos para todos feliz,muy feliz...Yo de momento brindo por ti.

domingo, 15 de diciembre de 2019

Skitty pide papas

Skitty ya no tiene ganas de cocinarse,solo se siente envasada al vacío de no tenerle. 
Ha dejado de ser y de estar y no sabe igual...
Squirtle ya no puede ll-amar ni para hablar de sus cosas,de todas y cada una de ellas,ni para acariciar con su verbo auténtico y flambearse con cariño desmedido y además solo quiere sincerarse con él como siempre hacía. 

Skitty ha hecho una lista enorme desde que se fue con todo lo que le tiene que contar : de todas las veces que coge el teléfono con intención de llamarlo, de cómo está Meganium ,de lo que relata cada lágrima que se desliza por sus mejillas rosadas,de las indecisiones que toma, de lo difícil que le resulta hasta despertar, de cómo se le quemó el otro día la comida y la cabeza, de cómo un virus puede quedarse contigo más tiempo que otras personas, del frío que hacía por la mañana y lo blanco que amaneció el campo y de lo que ha llovido en el mes que menos le gustaba a Squirtle...De fútbol ya prefiere no saber nada ni de balones de oro y de echar balones fuera,especialidad de tantas casas y de lo que pierde en cada risa que no se pone en su cara, de lo duro que está resultando todo,del dolor físico que pasó a partes iguales con el pánico la otra madrugada, de sus preocupaciones del día a día que casi nadie supone ni pregunta, de las buenas personas que se acuerdan todo el tiempo de él,de cómo hay situaciones que no cambian como los seres humanos que tampoco cambian pero ellos creen que sí,de esa soledad como río qué es y desemboca en más soledad que haces que te desboques en mar abierto y desconocido,en daño y en tristeza de marejada.

Squirtle se ha ido donde hacen las estrellas y hay platos para deleitarse en un lugar en el que las siestas son eternas. Se lo imagina allá cocinando los sueños de todos,sacando mil castañas del fuego a la vez y horneando lunas alunizantes.

Entonces Skitty piensa en Meganium ,en su cabecita de algodón de azúcar ,en cómo el frío de la edad y de la ausencia le danzan alrededor como bailarines entumecidos.

Son ideas de Skitty como un revuelto de gambas tristes e inquietos espárragos trigueros.

Meganium tiene un corazón de tarta y se lo come siempre que puede y también cuando no. Su sobrepeso es de dulzura . Skitty está convencida que no se porta nada bien con ella y le cuesta explicarle lo agridulce de no verla con Squirtle a su lado y por eso se convierte en una calabaza y se siente hecha un puré . 
Pobre Meganium a su pequeña Skitty le cuesta crecer como un bizcocho sin levadura en el horno de su alma y lo peor es que Meganium se da cuenta en cuanto la ve o la escucha. Pero calla y la acaricia como gran corazón qué es.

Skitty sigue siendo muy pequeña y eso que su parte trasera se le ha quedado pelada hace más de cinco años por otra razón que aún escuece porque hay heridas que no son para cicatrizar y Squirtle lo sabía mejor que nadie pero le echa tanto de menos que se le ponen ojos de filloa y siente todo su ser como leche frita.

Tiene miedos de todos los sin-sabores en su alacena,antes conocía las recetas de memoria para cocinarlos gracias a la maestría de Squirtle ,a sus palabras aderezadas de un sabor único e incomparable y a su gran apoyo incondicional como generosa guarnición. 

Ahora insípida y muy sola ha vuelto a sus reuniones de asustados anónimos . 
Hay noches que Squirtle se cuela muy vivo en sus sueños y Skitty al despertar se le pone cara de besugo en mal estado,al darse cuenta que ya no pude ni contarle que soñó con él. 

Skitty ha dejado de creer en las hadas,en el amor sin peros y sin pausas,en las palabras que se hornean en la mirada. Skitty está dejando su delantal ante la vida y nadie lo sospecha,tal vez Meganium pero su ánimo a veces varado la vence y sin embargo ella sabe de muchas empepitorias y saca de la magia de su corazón una varita,no de merluza,para que su pequeña vuelva a creer y ponerle el delantal como sabía hacerlo Squirtle de una manera especial.

Así están las dos,bueno los seis y muchos más ...como pollos sin cabeza,como almas rotas con sus patatas demasiado fritas muy dentro,donde la oscuridad apaga cualquier resquicio de calor de hogar. Y la Navidad se acerca insidiosa para abandonarla y dejarla temblando como estúpida gelatina y no se la entiende porque es mejor no entenderla,cada d-año es lo mismo.

Skitty es tan pequeña que se ha olvidado de encender las luces del árbol y de colgar los calcetines apagados en la chimenea rota y fibrila su febril corazón de almendra como turrón duro y Squirtle ya no puede hacer su famoso chocolate con ella por Navidad ni nunca más. 

Skitty se acaba de enterar aún encima que los Reyes Magos no existen y se siente como la muñeca vestida de azul con su camisita y su " tiramisú ", la de la canción que se le ha desafinado para siempre como su infancia de caramelo...de eucalipto de Riazor.