Arde muy al oeste el corazón maltrecho en la boca,en las palabras que se dicen y en las que no,hasta en los gestos.
Quema el tiempo en nuestros labios,en nuestros dedos...cada minuto es minuto que se desangra y bajo ese rojo y caliente silencio,siento aún el olor de sus palabras y el aroma de su cariño recién hecho.
Solloza nuestra vida,la que él nos daba a cada instante como su nombre de verano te regala el azul del cielo.
Dolor negro que nos dispara a quemarropa en el vacío inmenso de no poder abrazarlo más y no comprendo ni las plegarias que rezo ni lo que suplico a sabiendas que duele y no quiero y no puedo,se desvanece mi ánimo de barquillo deshecho.
Y sin él todo ha cambiado demasiado...el paso,el peso,el poso hasta el viento...tanto que el tiempo se ha vuelto un gigante cojo y sinsentido que se ríe de nuestra sombra y del inquieto hueco que se te atraganta injusto en invisible y sibilino duelo,que se nos clava como ese latido sin dueño y muy hambriento.
Nadie entiende porque es mejor no entender que se siente cuando lo que más quieres se va para no volver. Y entonces el pánico sacude como un loco incendiario el corazón maniatado y ebrio y le arranca todos los días un pedacito más a cualquier hora porque ya no suena ni urgente ni en calma el teléfono.
Quiero volver al instante que me cogía de su mano y me soplaba el desaliento,quiero meterme en la foto donde apenas daba mis primeros pasos y los dos reíamos contentos,quiero cerrar los ojos para verle pero sin que sobre arenas movedizas parpadee ciega mi vida primero y quiero convertirme en infinito abrazo para permanecer a su lado siempre aunque ahora me sienta sola,temblor e invierno, hibernando este desconocido silencio ; soy cómo siento y siento cómo soy,ya me lo decía él si veía caminar frágil mi enero.
Y no quiero pasar el verano sin él,no quiero y no puedo porque era mi estío honesto,mi salitre en mis horas de a-mar inquieta,mi piel tiznada de cariño perpetuo,mi atardecer rojizo de su verbo perfecto y su sonido más bello. Su puesta de sol era lo más anhelado de mis buenas noches de dulce lienzo. Abrazarle era el mullido papel de regalo que mejor envolvía mi cuerpo.
Hablarnos era tomar café sobre la arena del tiempo,de besos y confidencias con todos los deberes hechos . Era mi presente más inmediato y auténtico, mi pasado más entrañable y mi futuro tan puro como atento.
Nunca hubo rebajas de sentimientos ni minutos de descuento,desprendía una generosidad para con todos que ni en los mejores sueños pero era muy cierto como que ahora el llanto callado,solo,a veces inesperado es único des-consuelo.
Sin él me es imposible alzar un poco el vuelo¡ Cómo hacerlo...él lo sabría con solo mirarme dentro! Y todo lo que está sucediendo,tal y como contó ,no puedo ni creerlo. Ay, me ves ahogada en medio del miedo?!
Lo siento...Fuerza dicen, ánimo,para adelante,que debo pensar...que así es la vida...menos mal que sé lo que él me diría para mantenerme en mis pies ebrios y con el corazón roto a golpes y mal latiendo y moteado mi pecho con pedacitos de su cielo.
Cierto es que me quedan tantas vivencias,tantas palabras acariciando por dentro,su lucha de gigante,su amor de cíclope muy de Cortázar para con mamá,su ingenio de sastre a medida,su vitalidad cotidiana,su heroicidad con sabor de otro tiempo y ese enorme viejo desierto muy al final en el que bebía aferrándose a nuestras vidas y a contrarreloj iba su tiempo. No eran vagos ni sus recuerdos,vivió todo hasta el último sorbo de su aliento; agarrada a su mano,mudo se quedó para siempre su cuerpo.
La muerte desafiante nos tiró un a- guante y nos tuvimos que batir en duelo. Y en esas estamos...largo es el mal trago que estamos viviendo,solos nos disparamos y caemos en el hiriente suelo y atrincherados en el dolor como esperpento .
Aún espero de algún modo encontrarle,en disparate me estoy convirtiendo,él lo sabe....lejos de su persona siempre me pierdo.
¡Le quiero tanto como tanto le echo de menos!