miércoles, 10 de diciembre de 2025

Esas pequeñas cosas que pasan

En un parque hay un atraco de bancos en ciernes, un flashmob de deshollinadores en un improvisado tejado y una discusión a las tres en punto en la que nadie será vencedor ni vencido, solo muy puntuales en su estupidez.

La soledad se viste de novia no muy lejos de allí. La desconocida del quinto...pino no la puede ayudar con el velo que siempre ha cubierto su mirada después de un despeinado espectacular de su peluquería de cabecera a la que nunca ha ido con asiduidad, no por pereza, su pecado es más de provincias y en la actualidad ya no hay diligencia, por mucho que su alma se sienta de otra época.

Hace frío dos calles hacia abajo, tanto que no recuerda el porqué de haberse presentado en pleno otoño, pero tenía ganas de conocerlo y ha sido amor a primera vista, no tiene ninguna intención de marcharse de su lado.

En una fuente de vida que respira piedra mientras sopla su aliento de agua a borbotones, una jovencísima pareja saca de su bolsillo una carcajada redonda de plata y al echarla dentro, pide un deseo con sus ojos en silencio muy alto como si fuese su primera plegaria, tan imberbe que parece jugar al escondite y al finalizar se dicen callados: por nosotros y por todos nuestros compañeros; aún desconocen que se están enamorando sin querer y que recordarán ese preciso instante cuando peine canas su nostalgia y suspire su madurez, antes que cierre para siempre su mirada la vejez.

miércoles, 3 de diciembre de 2025

El apagado navideño

En el portal de un edificio están dos vecinos enzarzados en quién es más Grinch o señor Scrooge, solo se hablan por estas fechas y sin darse cuenta arman un belén que ni les importa ni a ningún inquilino interesa.

Mientras en una urbanización un solo de tristeza en lonchas gruesas, unas cincuenta y tres, suena en voz baja y en alta sueña con el paté de ternura que conlleva la nostalgia de tiempos pequeños y entrañables que borbotean al recordar a una niña que pertenecía a una gran familia numerosa y con ese característico olor de madera noble de aquel hogar en una incomparable esquina del Atlántico ahora perdido hasta su salitre.

Una chica no tan joven siente la ausencia como un zarpazo en la distancia, las luces afónicas de las que ya no pueden alumbrar aunque quieran, los abrazos que se quedaron en la sala de espera para ser llamados para la peor de las noticias, las caricias mudas de esos besos que no llegaron a rimar nunca más con nadie; ella se ha convertido en ese verso suelto que mira a un norte quizás demasiado asonante.

Llueve sin tregua en el olvido que respira tres calles más abajo, dos perros empiezan a dar sus primeros ladridos. El empapado repartidor cansado de tantos paquetes que entregar, no entiende el porqué tanta gente enloquece con el Black Friday y su furgoneta se queda sin batería como el matrimonio que vive en la casa más artificialmente iluminada del vecindario, tal vez se hayan caído de lleno en una peliculera marmita de navidades americanas.

Y al final de un túnel, el atasco de luces en plenas compras y salida de sus trabajos es tan largo que el último de la fila, cree que ha sido un accidente y reza entre bocinas y su impropio ruido para que no haya sido nada grave y la madre piensa que llegará tarde a recoger a su hija en la facultad que parece un colegio empoderado venido a más por un plan de estudios que no comprende.

Mientras la noche ya ha caído a media tarde, en muchos lugares la ilumina la Navidad que parece que se mide en cuántas luces LED tiene el centro...de sus ombligos. Y por ello de pataleta se pone la mediocridad, una palabra peyorativa y tan fea como la indolencia. 


jueves, 13 de noviembre de 2025

Quedarse con el alma boquiabierta

Me quedé con nadie, con sus mañanas remolonas de domingo, de sábanas de marmota, con sus tardes que llegan tan tarde, impuntuales de viento y de lluvia, con sus noches de pijama sin fiesta, de canciones que hablan de amores imperfectos, de despedidas que comienzan.

Me quedé perpleja al sentir tanto vacío en la nevera de mi ansiedad ya bastante vieja, tan manida, desgastada por dentro y por fuera. Tantos años en esa desespera que es la duda pero que te mire de frente la certeza.

Me quedé lejos...apartada de esas bonitas ferias en las que pasean los mayores mientras sus nietos corretean, en las que se toma algodón de azúcar y tus recuerdos de infancia de confeti se llenan con tus padres y hermanos bien cerca...como esa mañana de Reyes con el vinilo de Pippi Calzaslargas en tus manos pequeñas.

La memoria me da largas si quiero recordar tantas huellas, con las de mis padres nada tiene que hacer todavía, las oigo decirme que sueñe bonito y que no tenga miedo a las tormentas.

Me quedé y aún no sé cómo hacer con este tiempo entre roturas que en mis manos tiembla; al ser soñambulista, complicado es mantener en lo alto la línea recta, acordarse de echar azúcar en la rutina como si fuese una receta y en los pasos del camino, evitar que me tropiece el coraje si es que algo aún me queda.

Silenció la puerta al cerrarse todo lo que a ruido suena, se abrieron las ventanas de par en par como si fuesen los ojos de unas lechuzas en la oscuridad espesa. 

El graznido de la noche se apagó e intentó ladrar un joven y confundido gato, sí un gato, aún no sabía bien quién era. Los pájaros dormían su vuelo y yo me quedé...sin mis alas despierta. 

jueves, 6 de noviembre de 2025

Felices dieciocho

Me encanta leer vuestras vidas, no puedo parar de leerlas, cada palabra que se desliza sobre vuestros labios, ese verso que rima sin pretenderlo en vuestro coraje, la risa que hace bailar vuestras mejillas, mejillas que había besado con mis caricias antes de nacer y teneros en mis brazos, toda anécdota que habéis contado con solo saber mirar, esa duda en plena crecida y cada temor que os ha rozado...y con vuestro estilo diferente y característico.

Ahora que han pasado los años y como ávida lectora y espectadora de vuestros caminos, observo con admiración todo lo que anduvisteis, vuestos aciertos y vuestros tropiezos y la fuerza de voluntad para levantaros y también a los demás si lo necesitaban, no habéis dejado nunca a nadie atrás. No os imagináis los sombreros que me he quitado con muchas de vuestras acciones, las que ni os dabais cuenta porque salían del baúl hermoso de madera noble del alma.

Habéis proyectado imágenes en mi retina impregnadas de emoción, de entrega y de verdad y si había sombras las volvíamos chinescas, siempre alunizantes con vosotras mis vivencias. 

Son tantas las veces que me he sentido en pleamar, con la arena de todo mi tiempo en vuestras manos, con vosotras es sencillo soñar, un viaje a lo imprescindible y lo mismo con hacer fácil lo complicado, lograsteis entender cosas más allá de lo razonable, una por su lógica y honestidad inconfundible y la otra por su bondad y generosidad increíble.

Me habéis hecho crecer, sí crecer con vuestras ocurrencias, con fr/ases sacadas de la manga, esa magia del abracadabra con una infancia intensa, de cuento pero con moraleja, aprendizaje sin medias tintas y lecciones de vida. Y con " la adolescencia" una aventura a la que me he unido sin pretenderlo en muchas ocasiones, gracias por permitirme acompañaros; como en la canción de Mecano de mi época: " y allí me colé y en vuestra fiesta me planté(...)luces de colores, me lo pasé bien". En plan muy random, pero en vuestro prime, aunque a veces, os diese crinje.

Y sin palabras aún me quedo si os beso de reojo cómo recordáis a vuestros abuelos, cómo se desbordan esas lágrimas de nostalgia que parecen tiernamente dormidas, siento vuestra devoción hacia ellos y se me entorna Riazor que emocionado suspira.

Seguiré con vuestra lectura, un poco más en la distancia porque es lo que toca, no por vuestra mayoría de edad recién cumplida sino por coger carrerilla para abrazarla con más fuerza si cabe.

Agradecida por estos diecisiete capítulos apasionantes y deliciosos, espero con emoción contenida el número dieciocho y todos los que vendrán. Sé que me gustará porque es vuestro y es un regalo para mí deletrear vuestro enorme predicado de cariño, donde llega ya un momento que no importan cuáles son vuestros apellidos, solo las huellas de vuestro nombre propio que dejáis gruesas y honestas de mirada muda pero limpia.

Muchas felicidades en plural por lo singular que sois cada una y un trago bueno vivido y ya os digo que sigo teniendo sed de personas como vosotras, de una naturaleza humana encomiable.

No sabía que se podía ser gigante dentro de uno mismo y al mismo tiempo, pasar con tanta elegancia desapercibido, mi dueto favorito.

Nacisteis tan chiquitas, muchas semanas antes de lo previsto, con apenas peso, desconocía que llevaba conmigo dos tesoros escondidos de gran/des valor/es que al crecer se volverían tan sorprendentes y tan lindas como el mejor de los relatos infinitos.

domingo, 2 de noviembre de 2025

Un remanso de inquietudes

Bajo la falda de la montaña, vive oculta la vergüenza de algún que otro pasado, tropezó en el talle de la cintura de su valle y de bruces para siempre se ha encallado.

A doscientos metros cautiva está una sombra junto a su humano. Está decidida a dejarlo, demasiado tiempo a su lado. Su mala fama le pesa, le arrastra por el suelo sin poder evitarlo.

Y como un rebaño de agua, pasa un riachuelo de lado a lado se quitan el sombrero los álamos y algunos peces añoran el verano diminuto de la tarde de los domingos con chiquillos mojando sus pies e intentando cogerlos con sus traviesas manos.

En un alto al fuego, un santuario se abandona sin remedio, sin excusa, ha dejado de creer en los milagros. Lo visitaron tantos descaros, lo asaltaron sin escrúpulos, lo dejaron solo y aún rezando, los pecados acabaron con él y su Fe se aferró a un olvido masacrado por una guerra civil y a algún ateo despistado.



sábado, 1 de noviembre de 2025

Ternura y tres cuartos

Una pregunta merodea cerca de algunas respuestas en-calladas de color blanco mármol.

No se atreve a entrar sin avisar por sentirse extraña y tan vulnerable. Las ventanas apagadas y las luces afónicas le insinúan que quizás no es un buen momento, además las flores fuera llevan secas demasiado tiempo.

En el cementerio la luna está susurrando en plata y su lenguaje remueve todo hasta el último resquicio de timidez escondido como si a un silencio algo asustado no le gustase ni el truco ni el trato.

Delante de algunas lápidas se olvidan por tradición los rencores por un solo día y al otro lado del frío inmenso algunos temores surgen por los rincones de cada vida deshabitada y a tumba abierta algunas ausencias aún sangran.

Sin embargo con solo con un instante de racimos tiernos, brota un recuerdo inmejorable, en una habitación con vistas , una mecedora es feliz con su dueña, se hablan sin decirse nada, solo calcetan sueños de esos mullidos de lana cuando una se ríe siendo niña y ella se acuerda de su vecino del que se enamoró sobre todas las cosas.

Ella invitó a la ternura un día entre amapolas a tomarse una taza de dulces maneras y deliciosas palabras y también la inventó remando el viento y bailando el agua y un parapeto insonorizado por si el maldito ruido, uno con mal gesto y erguido que le tenía el pulso cogido, entraba por la ventana desde donde veía los barquitos faenar en la madrugada.

Medía metro y medio desde su cabeza de algodón de azúcar hasta sus pies chiquitos, tuvo muchos niños y tres cuartos de coraje , un gran amor de esos que te llenan tanto la vida que la desborda pero no te pesa el equipaje.

Pasaron rápidos tantos ríos, tantos charcos, el Atlántico ante sus ojos...la pregunta con salitre ya en las manos no dejó de merodear por el vecindario de mármol pero lejos de allí, gracias a la nostalgia, la que murmura sin doler, hay respuestas de colores pastel y entre almohadones palpitan arriba tantos corazones, tres cuartos y un camarote imprevisible, quemada su madera hace d-años, pero la luna sigue llena y adelante con su recuerdo que late único y brillante. Les era imposible no amarse. 

Ahora es un hermoso ángel y eterna como lo fue para ella su madre.

domingo, 26 de octubre de 2025

Vacías se nos quedan ciertas miradas

Cae la lluvia como un torrente encima de los últimos coletazos de un octubre amable que no se quiere hacer noviembre demasiado brusco y rápido.

Un partido de fútbol se juega sin importar demasiado, solo el rosa de las camisetas y un público familiar entregado. 

Se apaga el domingo sin ningún cuidado, la tarde sestea y la gente en sus casas, salvo en una o dos, no están para fiestas. El pueblo es pequeño, podría caber en la mano de un gigante, todo se sabe hasta que el cura bailó con una joven noche vestida de largo en una verbena sin fuegos artificiales.

Hay dos hermanas solteras, que se diría antaño que quedaron para vestir santos, en la casa más color teja que puede haber pero de pizarra su tejado. Zurcen los rotos para los vecinos pero las cosen a tiros las malas lenguas. Murmuran los jueves a las ocho en luto cuando van a dar un paseo juntas y suena a sentencia el campanario.

Comentan que es por un mozo que compartieron las dos cuando jóvenes; el muchacho se marchó al frente y no se supo más de él, chismosas envidias amargas. Hay fantasmas que son como cipreses con sus sombras demasiado alargadas.

La gente tiene demasiado tiempo cuando el aburrimiento es su cena de los sábados y las habladurías su menú cansino de todos los días cansados.

Sin embargo si se revuelve el viento en estos parajes, las cenizas vuelan como si fuesen fénix todas sus aves. 

Y pasa la catenaria del tren, el tiempo desenredado y el pueblo se envuelve de invierno y solo se escuchan los ladridos de los perros y el cauce del río a media tarde. Y los domingos en la iglesia se vacían la mirada impía y las farolas algo tristes maúllan poca luz para su puñado de habitantes que apenas ven como lloran algunos de sus sauces.

lunes, 20 de octubre de 2025

Ningún intruso habla

Parpadea la fuente que hay en medio de la plaza del pueblo. En los bancos que quedan vacíos, se posan dos palomas y un abrazo del que hace buen tiempo que no se ve.

El frío se cuela por las rendijas y por la ventana entreabierta de una casa azul que hay a la vuelta de la esquina del viento. Dentro empieza a discutir el silencio amargo. No ha tenido un buen día pero las palabras no tienen la culpa.

Se oye a lo lejos un estruendo que no se anda por las ramas, al cabo de unos segundos el fogonazo ilumina toda la noche, el fotógrafo de la naturaleza deja una bella imagen estremecedora.

El otoño baja las persianas en algunas casas, en otras deja hojas escritas con cierta perenne melancolía.

La ropa del estío se aferra con fuerza dentro del armario de cada dormitorio, teme el cambio de temporada y no está dispuesta a ser reemplazada tan fácilmente. No le gusta quedarse ocho meses secuestrada en el trastero. Le encanta ser la protagonista de la puesta de largo del calor y ser partícipe del ocio de la gente.

Ningún intruso habla y menos el ocre, tampoco en el entretiempo y más si el sol aún regala lo mejor de sí mismo al mediodía para compensar su amanecer de rocío ingrato. Los resfriados no solo los evidentes, también los del alma, toman la delantera por ser época de vestirse de cebolla y estar de capa caída como caducas hojas.


viernes, 10 de octubre de 2025

Luna de cosecha

En un conservatorio, un momento delicioso se saborea al ver cómo un violín dejado sobre un piano después de un último concierto, susurra alto y claro, un padre y una hija , el esfuerzo emocionado en la conmovida escena, en la historia que detrás respira entrega y cómo se funde encima del escenario la mirada de la hija hacia su padre, el talento de los dos inmenso como siempre de la mano.

No olvidarán los allí presentes, tan bello discurso cal(l)ado donde son las vívidas imágenes las que se tatuaron con tanto amor y a flor de piel la erizada melodía de lo mejor de los clásicos.

No muy lejos de allí, una pareja se despide de manera improcedente, no volverán a trabajar en eso del amor incondicional, ya no son ni la sombra de lo que fueron. Por una carretera cercana un motorista se adelanta a sí mismo sin darse cuenta de lo subida que corre su soberbia, dentro de unos kilómetros terminará en la cuneta algo más que su ego.

Mientras en la avenida principal, unos operarios descansan sobre el andamio de sus vidas, hablan de todo lo que les queda por hacer con cierta impaciencia algunos y otros con demasiada desidia. Un joven los mira como si le latiese su abuelo dentro, se emociona y enmudece la calle y su edad. Lo echa mucho de menos.

Dos gatos se pelean a altas horas de la madrugada cerca de un contenedor, los maullidos de la noche arañan la oscuridad y la hieren. Cae con rabia la primera helada de octubre a la par que las estrellas se ponen siamesas. Hace frío y uno de los felinos se va al escucharlo tan agudo. El otro se lame sus patas y se acurruca debajo de un arbusto.

La luna está tan grande que llena de luz la noche, parece una pista de hielo gigante de plata. Patina la mirada de una señora sobre ella, recuerda la rotonda de su infancia y se emociona. Cierra esa ventana tan sembrada y se va a la cama.

Un aire de tarta de fresa y de arroz con leche la adormecen tan dulce como su madre y tan honesta como su padre. Nunca más volverá a dormirse como una madeja de lana fracasada.

sábado, 4 de octubre de 2025

Mejillas de noche

Son las dos de la madrugada y la vecina del quinto sigue con su noche encendida y a su insomnio le da lo mismo tanta valeriana.

El reloj de cocina colgado en la pared late en las sienes de dos calles hacia abajo, un joven y su tictac acelerado salen a estirar sus minutos de descuento que le ha dado hoy el médico en la consulta pese a que ya tiene el partido perdido.

Una madre más allá del polideportivo al que iba su hijo a entrenar, se vuelve a la cama, en sus mejillas de noche ya no se posarán dos besos de agua y sabrá que su hora de dormir una vez más es a destiempo y que sus días están llenos de despropósitos de d-año nuevo desde que sola se ha quedado, hay nidos vacíos complicados.

En tantos barrios, cuesta arriba son unas mañanas y otras noches son cuesta abajo sin frenos y las tardes sestean en una intemperie conocida, la de las reuniones de asustados anónimos... Toda ciudad tiene sus altibajos.

Pasa el tiempo, le dice un amigo a otro y que lo cura todo, mientras se toman el último mal trago antes de irse a su casa. Uno vuelve andando...parece abandonado; el otro averiado coge su coche, parece que tirita sobre mojado.

Un hombre encanecido con un farol al lado de sus cartones que parece haber nacido en horas convulsas, los observa con su corazón vapuleado y escayolada su alma ya de pladur y farfulla " la una y sereno!!".



martes, 30 de septiembre de 2025

No es ladrón todo el que huye

Un apuesto joven mira a un charco, aún no sabe que puede ser un Narciso si se ad/mira demasiado, su perro al que pasea, ladra a un gato que de callejero no tiene nada.

En la acera de enfrente dos enamorados se besan como los cíclopes de Cortázar y  desconocen que tal vez su historia sea como la de Romeo y Julieta, sus familias se detestan, pero ya de pequeños jugaban juntos en la calle a la rayuela. Luego se dicen adiós y se van cada uno a su escuela.

Por la carretera recién amanecida, el hormiguero de coches está en una revuelta, se cambian de carril como quien a oscuras hace una larga trenza sin pelos en la lengua de asfalto que mojado se halla por una densa niebla. Por un suspiro de un freno, un accidente se escapa pero el bostezo del lunes se queda en la cuneta.

El campus como si fuese una irreductible aldea gala, se llena de escondidos de una variopinta madrugada que aún llevan legañas en sus cabezas. Los polígonos se ponen tan geométricos que hay púgiles que cargan sus guantes de boxeo para pelear su mañana en su cuadrilátero de turno.

Y anochece antes, siempre en la misma casa donde se encuentra un puñado de nostalgia dormida y encima de la mesa bebidos sus recuerdos de cristal de bohemia.


sábado, 27 de septiembre de 2025

De escapada

Muerde la luz que por la montaña cae, a vista de pájaro quien la ve le ladra. La tormenta se acerca desde lo lejos, parece enfadada. En el pueblo se cebó descargando su ira con furia. Este tiempo de perros mucho ladra.

El pánico se sale de la carretera, va ebrio y perseguido por unos viejos des/conocidos, acorralado por su propio aguacero sin piedad, derrapa en la primera curva que hay. Los que le siguen, escapan al ver lo ocurrido; pocos minutos después sus fantasmas son identificados. El maldito miedo, la furiosa soledad y la pertinaz angustia, esa noche, hicieron de las suyas. 

Ese Nadie no imaginaba que pudieran capturarlos y al menos se quedarán entre rejas por el momento bebido de pánico subido hasta que les llegue el juicio.

Él sobrevive a su mal trago vivido, el suicido se disipa sin apenas deshacer más ruido.

Despeja y el domingo se convierte en una fiesta de guardar. No solo Dios fue el único que al terminar con su Creación, no pudo tranquilo descansar.

La gente se siente, a veces, demasiado cautiva con ella misma, pero la honestidad sigue secuestrada porque no interesa ser encontrada.

La gran mentira del mundo se frota las manos, acribilla sin reparos mientras otros lodos mercadean muy cerca con muchos de sus daños.

Y en Gaza escala el terror del genocidio por la obscena pila de muertos y los impunes siguen siendo los más cínicos, los que miran para otro lado, altivos cobardes e infames los que llevan en su sucia boca un bastardo cuchillo, allí solamente campan a sus anchas los asesinos teledirigidos.

sábado, 20 de septiembre de 2025

Muda pero limpia

Gime aquella pequeña proa al romperse contra la ira de algunas impías olas, luce aunque sea oscuro el abanico de rencillas de esa señora que aviva cualquier chisme de arcilla, le da forma y quien se cruza con ella como una sombra, piensa que se siente más que sola y le deja unas palabras en su boca rota.

El parque parece tener frío, caen las primeras hojas y algún despistado chiquillo. Los columpios no se mueven, el tobogán saca su lengua como siempre, los bancos vacíos ya no esperan que sobre ellos haya corrillos, tal vez solo sientan que ya no les calienta el estío.

Pasea tu coraje sin correa y sin querer que se vea, un joven ata bien corto al temor y al que osa hacerle de menos mientras piensa por mucho menos son inmaduras la peleas y cabezas sin ideas.

Ventea el viernes del hombre de la esquina, parece un lunes en enero y cuesta arriba. Tiene su barba en guardia rodeando lo que su boca no se calla. 

Muerde el ladrón su guante blanco y roba el corazón de una joven que por la ventana asoma. Se pone pudoroso el atardecer de sus labios, arde la arena en sus pies y en sus manos, en ella ya no queda ningún resquicio de verano.

Perdonan la vida aquellos que se enojaron sin motivo, con furia y descaro escapan insultos sin necesidad de gritarlo, pero no es solo soberbia la capital de sus pecados.

Se rasgan las cicatrices del suelo, a la tierra se le abren las carnes por las injusticias que la pisotean y desde muy hondo llora despacio.

Y al fondo de un escenario, una voz muda pero limpia, des/fallece y hace mutis por el foro.


domingo, 14 de septiembre de 2025

Domingo de ramas

Una epístola sale de su boca, deletrea cada palabra como si fuese poca cosa. Cerca un parroquiano se siente poco católico, hace ya años que le han defraudado con sus pecados.

Muy perdido está un ermitaño, respira extraña libertad y soledades ingratas por sus cuatro costados. Apenas lleva unos harapos, recoge migas de su vida y algunas sombras que había dado por perdidas.

Nadie le busca, tampoco al lobo que vive a su lado. No sabe porque aúllan en la montaña su pico y a la vez sus entrañas. Félix Rodríguez de la Fuente diría que son dos esteparios.

Algunos días a la semana son tan honestos como mundanos. Los domingos no solo están hechos para los cristianos, las tardes estrangulan a muchos por carecer de un horario que te persigue al día siguiente como conocido delincuente. Pero a la vuelta de la esquina de su noche, el lunes se le pone farruco y testarudo en sus comentarios. Y aunque haya partidarios de ser miércoles, la mayoría se sienten atrapados entre este y el jueves. Y el martes, el gran olvidado y el viernes deseado y el sábado supuestamente ufano, sin embargo cada cual va por su lado.

La vecina del cuarto piso tiene un montón de hermanos, se siente sola en su edificio, solo hay extraños. El del segundo piso deja su bolsa de basura en la puerta de al lado; los del octavo, un cura y una monja que ya colgaron los hábitos, están ahora felizmente casados. 

Y lentamente anochece el barrio, los bares apagan sus luces y el camión recoge la basura como quien lee ahora las noticias que huelen con tanto escándalo, el mismo que unos jóvenes hacen después de beberse la noche aún a sabiendas que mañana todo lo habrán olvidado.

sábado, 30 de agosto de 2025

Palabras nada sueltas

Tintinea el viento en la cabeza, llueve sin pelos en la lengua. Gris oscuro el cielo se cabrea, no le gusta lo que ve desde arriba, en las afueras. 

El verano huye con las chanclas puestas, el otoño lo apremia con alguna playa ya desierta.

Un abrazo muy cerca reza, caen los pétalos de las enamoradas margaritas sobre la hierba. Una pareja se besa y al otro lado iracundo del mundo estalla más feroz la misma guerra.

Una anciana cruza sin mirar la carretera, el horizonte se pone turbio, no hay color ni en este ni en ella. Suenan las alarmas, se incendia la pantalla de los in/móviles, se quema la piel de los montes, arden historias enteras, lloran tantas aldeas por la naturaleza muerta.

Otros escuchan cascabeles, a lo lejos la Navidad amenaza con su re/vuelta, los renos ociosos se pelean y en un puesto que vende madera para las chimeneas, la cola es eterna. El disparate parece estar de oferta. 

Huye un suspiro que acaba de atracar en la calle de arriba una tienda. Quema un sol de injusticia y no está en su plan de escape estar a la sombra de las encinas quietas.

Algunas pequeñas risas se bañan en el río que fresco corretea y preparan las madres la merienda. Por la noche en el pueblo habrá verbena y dos viudos volverán a bailar bajo la luna llena, escondidos del rumor de las vecinas ansiosas de purgar sus pecados en la felicidad ajena.

El amanecer se despereza, tiene hambre el día y la vida bosteza. Hay ruidos que salen de las huertas, las uvas se preparan para la vendimia y el domingo para la homilía aunque casi vacía se halle la iglesia. 

Una mujer que ha dejado de ser hija lee las cartas que su padre le mandaba a su madre cuando eran jóvenes y ella se sigue sintiendo más huérfana.

La soberbia al otro lado del camino se da la vuelta, siempre olvida las llaves de su ego y de la puerta; el vagabundo que le observa, piensa que a él le pasó un día y ahora duerme bajo el peso de creerse lo más de las estrellas.

Patina el olvido y cae de bruces contra la acera, herido se levanta y de golpe todo lo recuerda.

Pasa el afilador tan cerca que parece que huele a chuches de las que vendía aquella señora mayor en su carrito a la salida de tu escuela.

Hacer frases es sencillo como enhebrar palabras nada sueltas en una aguja de tinta para remendar lo descosido a tiros que uno, a veces, se encuentra. Demasiados francotiradores que apuntan a tu cabeza. A nadie le interesa ser objetivo pero en algún momento, sin saber porqué, te sientes como pato de goma en una feria.

martes, 26 de agosto de 2025

Un suspiro de relato (4)

Anoche un desgarbado silencio premeditado se posó en su viejo sofá sin alevosía. No sé cómo entró en casa y cómo llegó hasta Gabriela.

Le rozó el hombro de tal manera que se estremeció. Su mirada sibilina se paseó por su cuerpo de arriba a abajo. Se sintió desnuda con tanto pudor que la vergüenza gruesa se apoderó de ella. No supo qué decirle al intrusivo silencio, estaba demacrado, algo confuso y parecía que llevaba mucho tiempo encerrado como si fuese un delito en medio de una tormenta de arena.

Notó aire frío y seco cerca de su rostro, se puso sobre su pecho y le apretó sin sutilezas. Todo en unos minutos, su verdad y la suya como dos viejos conocidos frente a frente, la del silencio deseando ser gigante como Goliat junto a la de su supuesto David?

No era tan fiero el rugido de este silencio como parecía, un grito venido a menos pero la en/cogió por sorpresa. Se marchó como vino sin darse cuenta. Uno de sus silencios se quedó con Gabriela, estaba más inquieto que de costumbre. Lo acarició y se durmió a su lado. Los otros desaparecieron. 

No sé si se llevó algo más aparte de su sosiego...solo quería dejarle claro que en un día se echan a perder años.

martes, 19 de agosto de 2025

Planté pensamientos y me salió esto

Tiemblan las flores en los jarrones sin agua, se rasgan la vestiduras quienes van desnudos, algunos pájaros tienen miedo a las alturas y la hierba se encoge de hombros con la lluvia.

Las luciérnagas se encienden como luces en el campo y algunas cigarras se quedan dormidas en las pajas del ojo ajeno mientras en la viga del otro, un hombre pierde su dignidad.

Ronronea el agua de la ducha a primera hora, se despierta su rutina hasta el desprendimiento. Huele a café a la altura del tercer escalón y hoy tu cabeza no está para la ira de nadie.

El atardecer de un abrazo parece el bostezo de una caricia, el jabón resbalando por tu piel, la despedida sin adiós en un tren de cercanías, el rubor de las primeras veces y de tus mejillas de noche.

Camina el paso de peatones y estos quietos lo miran,es un encuentro extraño, lo mismo que sucede al llegar a fin de mes, no es el cruzar el Rubicón pero casi.

Desde lo lejos alguien te saluda pero no lo conoces, tú respondes de la misma forma. Absurdo puede como que el granizo tirite de frío o como que los árboles crezcan en las nubes.

A veces sin colores, como si nada hubiese ocurrido, te hablan personas que te han hecho daño y desconoces el motivo de seguir ahí, secuestrada en el pasado, con el síndrome de Esto(es el)colmo. Lo cortés en in/ciertas ocasiones sí quita lo valiente. 

Naces para acabar siendo huérfano, nunca has tomado la alternativa no por una cuestión taurina, si no porque es peor. No sufre más un hijo que un padre o al revés, el dolor no se mira en una analítica de sangre y no existe la milagrosa dieta del cariño o el ayuno de éste para no sufrir y que bajen tus valores porque el egoísmo siempre permanece inalterable.

Creemos conocer la respuesta pero ni nos fijamos en la pregunta , pensamos que lo sabemos todo de todos,somos inquilinos en la piel de los demás como columnas de opinión con derecho a roce.

No es nada fácil sentir la tristeza como varices pe/n/sadas en tus piernas. No se puede afirmar de alguien que le pasó tal cosa porque era su talón de Aquiles, yo siempre tuve el talón de mis padres y prefiero pensar que un poco de la dulzura de mi madre y de la fuerza de voluntad de mi padre.

Al sufrimiento hay que tratarlo con cuidado ya sea de uno o ajeno como la diferencia entre caer en gracia y ser gracioso, al miedo le caí en gracia y no es nada gracioso. Hasta el mínimo detalle es importante y marca esa diferencia.

martes, 12 de agosto de 2025

Un motiv/arte expresionista

Araña hasta el recelo un leitmotiv si palpita cierto arte para sentir todo tanto. Una melodía que sube la escalera de caracol que duda ante la hierba y como lo hizo Romeo por Julieta, hasta la hiedra trepa por las paredes de fuera pese a que aún desconoce a quién amar o si llegará hasta el balcón si lo hubiera.

Pensad malditos, pensad y el corazón se desborda de latidos en vela.

El sexto sentido, el menos común de todos sería la razón certera como si fuera la flecha de Guillermo Tell según cuenta la leyenda.

La navaja de Ockham, la explicación más sencilla siempre es la más probable,la correcta.

Motivarte es meterte en un jardín con flores en primavera, plantar pensamientos y que florezcan. Un cielo con estrellas y un atardecer de batido de fresa. Respirar despacio y que el aire fresco te envuelva. Tu fondo de armario, una fiesta.

Leerte con una dedicatoria puesta. No eres un libro cualquiera, hay un relato en ti y quiero que te escuches de veras. No pareces un renglón vacío sin sesera,mas bien ese párrafo que relata una buena escena. No bajes tu telón ni dejes que te suban a la palestra.

El público ya hace tiempo que no es afable y tampoco se necesita ni siquiera que esté cerca. Los aplausos deben salir de tus manos y quien te vea desde el anfiteatro azul del cielo se enorgullezca. 

Arte para vivir con el leitmotiv de esa invisibilidad gruesa que te atrapa y no te suelta. No es un alud en medio de una tormenta y si fuera así... crea. Haz zumba con tus hijas en el salón, bizcocho con sus anécdotas, pinta de verdades sus alas y rellena huecos si existieran al escribir sobre lo que te apetezca. O como dicen ahora estar en tu prime en plan random o de chill, nada de rayarse.

Brinda con lirios si no hay un vino de nadie que venga. No todos los latidos de otros saben lo que te aprietan ciertos ruidos e inciertas reyertas.

El desconocido y el bandido que habitan en ti llevan bebiendo demasiado tiempo de tu intemperie desierta desde que desvalijaron tu diligencia,siempre tan dispuesta. Campan a sus anchas y tus lágrimas son secas, demasiado desnudas para este verano que pirómano quema,sin ningún pudor, sin que le caiga la cara de vergüenza.

La arena de tu reloj ya no cae lenta.

Soledad huérfana, vendimia de tristezas,un buen racimo de estas, miedos ebrios con enojo en sus huellas. No lo pienses, bórralo, échalo fuera. No eres tú la que tiene que estar en la cuneta.

Motiv/arte no debería bloque/arte de cobardes ni de palabras varadas en la buena historia que eras. Hay gigantes que nunca ganaron a la primera y no fueron ni un titular, solo al final como todos una esquela.

Luce tus mejores galas,un poco de Mujercitas,un mucho de Esplendor en la hierba, el Family Man y la Dama de las Camelias. Tuyos, míos y nuestros, Descalzos por el parque, Adivina quién viene a cenar, Algo para recordar... conviértete en comedia.

Ruge como leona de esta selva de asfalto en la que vivir parece siempre una empinada cuesta. Los que más te han querido te observan... confían en ti y en los pocos increíbles que te rodean. 

Y a los que te asedian, ni los mires, ni los oigas, so(m)bras son pero no eres su cena.

Baila bajo esas dos enormes estrellas que te dieron (la) vida, una muy dulce con una blusa roja y la otra delgada como ese silbido generoso que de pequeños escuchaban tus hermanos en la playa, todos juntos sobre la arena .

martes, 5 de agosto de 2025

Este verano me suena

Maúlla este calor enroscado... qué lentos, a veces de colores, son sus pasos de arena que araña y malherido quema.

Impávida amanece la playa, sin huellas de los momentos de ayer en su arena, sin sus castillos, sin rastro de niños que han jugado con ella, sin turistas con ocio en las venas. Pura quimera.

Cacarean los amores de verano, atardeceres únicos que murmuran y las ansiadas vacaciones que tararean. Hermoso tiempo y libre como el mar, Nino Bravo sonaba así al viajar en familia en agosto hacia Carballiño, el mejor sonido : el cosquilleo de la infancia.

Crecer ya es otro cantar...no de Mio Cid pero quizás un rebuzno o un rugido depende de nuestra naturaleza poca humana porque no siempre sabemos qué hacer con ese ocio después de la maratón vital a la que estamos acostumbrados. ¿Coincidencia que pongan el Tour en verano si llevamos todo el año pedaleando? Es verlos y te parece que ya has estado allí en el pelotón(de fusilamiento, si nos ponemos goyescos) pero en fiebrero o en ma(r)zo, sin maillot pero igual de apretado. 

Vuelvo a sonar...las bicicletas son para el verano y me acuerdo de la BH blanca en la que aprendí a "volar" de la mano de uno de mis hermanos en el barrio donde jugábamos de niños y el borboteo de las vacaciones después de terminar las clases en las calles se escuchaba claro y alto. Y desde las ventanas las madres gritaban los nombres de sus hijos...era hora de bañarse y cenar.

Ronronea el arroyo que hay en uno de tus cuadros...parece que se escucha hasta el vuelo del pájaro. El zumbido que viene de la chimenea ya no te parece ajeno. Pero aún los recuerdos que emanan de las fotos en esos marcos son tan mansos,tan quietos, olvidos enmarcados? Apenas los miras, son ya pasado, una fotografía más allá de la memoria por si esta se descuida. Quién diría que un día,solo un día puede desbar/atar muchos años.

Ulula el insomnio de la noche que arde, ese ocio tardío y a destiempo estival, q a(n)gosto se exhibe el mes si atardece unos minutos antes como bostezos de la sombra que cubre el césped.

Me hago respuestas para las que no hay preguntas, soluciono problemas que solo se plantean más allá de mi esquina del viento. Y pongo admiraciones para resaltar la belleza del silencio de un solo de jazz como si el estío acariciase un saxo.

Relinchan los delincuentes de poca monta,no como Babieca, esos que te acechan a plena luz de una vela/da condenada al acierto y es tan difícil acertar que no sé para que llevo fracasos en los bolsillos, comodines del absurdo quemado,cenizas ya del miedo y poco más.

Y grillan las redes asociales, el paripé del verano enlatado, fotos que no plasman nada porque solo las has posado, pasarela de zombis pijos o no, y no hablo de los influencers; quién se maquille para lucir su bikini, desconfía. Aquel que lo disfruta, entre risas y palabras,capta esos momentos en su retina sin desprendimiento. 

Ladran ciertos recuerdos como diría El Quijote a Sancho : señal que cabalgamos. Bastiagueiro a primera hora con un sol tímido que aún se despereza, íbamos para allí a jugar; mi padre a la pelota con mis hermanos mientras mi madre abría el bote azul de Nivea para pintarme de blanco para estar preparada para coger conchas juntas cerca de la orilla.

Luego a saltar las olas como chiquillos que éramos y en la mirada de nuestros padres la mejor instantánea del verano en la arena del tiempo,del buen tiempo que aún rezuma cálida la melodía por la piel morena de aquellos veranos a manos llenas.

jueves, 24 de julio de 2025

Más cuento que Calleja

Hace mucho tiempo viví cerca de la moraleja...de los cuentos y he sido hija de una gran princesa entre todas las princesas y de un príncipe blanquiazul. Ellos me buscaban sueños para dormirme y tuve una infancia de cuento. He sido una niña afortunada gracias a ellos.Dicho esto juguemos...

¿Os imagináis por un momento que Dorothy estuviese en el país de las maravillas con la reina de corazones y sus naipes persiguiéndola o celebrando un feliz no cumpleaños con el sombrerero loco,la liebre de Marzo y el lirón?

¿Y Alicia con la ayuda de la Bruja buena del Norte para encontrar la Ciudad Esmeralda en el Mago de Oz?

¿Y si el desnudo del emperador o el traje nuevo de Hamelín estuviesen esperando a la flautista de Caperucita Roja? ¿Y por qué no el patito con botas y el gato feo y al desastrecillo valiente le creciese la nariz y Pinocho como el cantante de los músicos de Bremen juntos con los tres cerditos de coro y el lobo feroz su manager?

Y si Ricitos de Oro fuese la de los siete enanitos y Blancanieves la de los tres osos.

Todo es posible...Pulgarcito como el soldadito de plomo y Hansel y Gretel y las siete cabritillas tentadas por la casita de chocolate.

La ratita presumida sería quien iba a visitar a su abuelita y trepó por las habichuelas mágicas o por la larga melena de la Cenicienta mientras Rapunzel tenía que aguantar a su madrastra y limpiaba las baldosas amarillas.

Y la Bella Durmiente, atención hay espóiler, se trataba de la Princesa y el guisante, tan sensible como para notar el dichoso guisante debajo de veinte colchones. Siento deciros que no se pinchó con la aguja de una rueca y sobra decir que no se durmió y ya puesta a imaginar Cuento de Navidad no fue en esa época si no en verano, el señor Scrooge hizo el agosto con un chiringuito que montó en la Costa del Sol.

Acaso el fueron felices y comieron perdices no podría cambiarse por de todo corazón se comieron un jamón...a costillas , diría mi madre.

Colorín colorado, haz lo que te dé la gana porque los cuentos pueden ser nuevamente inventados.

La imaginación como el hilo de una cometa en la infancia,solo hay que dejarla volar... Bibidi-Babidi-Bu!!! Ábrete Sésamo al nuevo Érase una vez de hoy. Cómo dicen en esta tierra: como cambiou o conto.

martes, 22 de julio de 2025

Las esquinas del mar

Me siento pez en el pasillo inmóvil de esta vida de adulta venida a menos con espinas de la tierra. Al nacer entras en su hall y todo está por descubrir. En la cocina el inmenso cariño de tu madre siempre bella y tierna a fuego lento, en el salón el abrazo único de tu padre admirable y en las habitaciones el cálido murmullo de diferentes edades de otros como tú. Era como aquel juego de Re/unidos Geyper,una gran familia en una sala de estar juntos mientras no solo desde la ventana podías contemplar el a/mar. 

Pesa y pisotea el tiempo al pasar y el hogar se convierte en un nada/r de recuerdos... Cómo se vende un hogar?! No se puede y te notas a/hogar porque ya no están, tus padres se tuvieron que marchar adónde los árboles crecen en las nubes y aquí solo quedan heridas las luces de su ciudad y salitre en el atalaya que empapa lo más elevado de la invisible tristeza, lo que araña tan a lo lejos, parece que no existe pero te agarra si la mente arrebolada está y a la deriva perecen tus ganas en las esquinas del mar. 

Gritan ateridos tus ojos llenos de oscuridad al tropezarse continuamente con ellas y con su contundente golpe de mentiras rocosas y de arenosa verdad.

Las sientes quizás porque bien no sabes nadar y el que bucea tanto todo, exhausto se queda o porque de niña tanta felicidad en tus manos había que ahora solo se te clava la certeza que esa hija ya no es tal mientras incisiva enferma tu atlántica soledad como sobredosis en las ausencias. 

viernes, 4 de julio de 2025

Algarabía del silencio

Apenas unos esbozos de ruido quedan, unos garabatos de jaleo negro sobre un blanco lienzo, un espacio entre líneas tan finas que con sutileza se quitan sus guantes indelebles de tinta.

Esas grietas que hay en las palabras son silencios que se estrechan, que no quieren irse, se deslizan y erizan la piel sobre la que se acomodan para vestirse más de silencio en su puesta de largo.

Están hechos a desmedida si la tristeza baña los miedos despacio, son unos sorbos como un mal trago de pana gruesa en pleno verano, de sedosa inquietud como ese alud que se siente que viene hacia uno con esa exquisita lentitud de cine mudo acelerado,del impugne terror como en el grito de Munch.


Respiran silencios hasta hacer el ridículo, la bofetada del maleducado mutismo,la deshora del pensamiento no dicho en esa gruta de silencios que resuenan húmedos,esa espada de Damocles que nos convierte en fugitivos de la incertidumbre. Ese mutis por el foro casi obsceno si se ponen las cosas feas. No es un súper poder la invisibilidad del silencio,solo señala que nos rasga el poco teatro de la intemperie.

Qué vulnerables algunos silencios...no como otros impávidos, incontestables en su amarga belleza o en su extremada delicadeza. Al silencio no se le debe dejar que te atrape demasiado si se trata de esa verborrea contenida a modo embalse,de estanque dorado venido a menos.

Los días fáciles parecen para romper silencios a diestro/s y con siniestros...y a zurdos sin desastres conocidos,con esa sensación de lenguaje ininteligible como zumbido confuso.

Dicen que hay silencios incómodos, otros que hablan y algunos en los que se cree que ha pasado un ángel.

Simplemente pueden pertenecer a personas que disfrutan del incordio de la palabra inapropiada y de pasearse desnudos sin pudor o de pellizcar el cielo con los dedos.

Cierto es que ángeles puede haber, pero ellos nos cuentan, nos vigilan sin atisbo de duda para deshacer la nada y hacer ganchillo con ella cuando vaciamos nuestra vida como quién recoge la ropa tendida, los platos de la mesa y la pena y así ponernos esa bufanda hermosa de silencios de colores en nuestro cuello para que la soga del ruido y la confusión desaparezca sin más...si otorgas no siempre callas,en todo "nicaso" en/callas como palabras varadas en una playa en la que existe el bullicio del ocioso y su sutil rencor aburrido. No toda la arena está cerca de la orilla ni toda ola se muere al llegar a esta.

Silencio de frambuesas bien helado para que saborees lo que tienes a tu lado o frambuesas de silencio de choco-late caliente para entrar en calor en nuestro invierno interior.

Qué tímida delicia es sentir ese silencio de mariposas blancas,una manera elocuente del rubor del amor,una verbena de luces en la que bailan cal(l)adas hasta los huesos de esos versos furtivos si a medianoche hacen temblar todos los silencios del mundo.

domingo, 25 de mayo de 2025

Graduación a la vista

Papá y mamá quería contaros que se gradúan vuestras nietas pequeñas,os he reservado el mejor de los lugares para verlas. 

Ellas no saben lo cerquita que vais a estar de ellas y que os quedaréis hasta el final de la fiesta, papi tú seguro que harás una excepción y te acuestas más tarde de la cuenta hasta que estén las dos en casa de vuelta.

Seguro que mamá ya estarás engalanando el cielo para ellas, muy azul y con vuestro sol regalándoles calor del bueno,el que solíais darles siempre sin medida, amorosos como erais.

Tú aprovecharás mami para tomarte un buen trozo de tarta y brindar por ellas y papá saboreando la gran escena cuando digan sus nombres con la sonrisa puesta.

Parece que os oigo decirles lo orgullosos que estáis,que se merecen todo después de tantas horas de estudio,de esos gruesos momentos que tiemblan y de esa fuerza de voluntad que proviene de vosotros como su generosidad esbelta. 

Las fotos que hagamos con ellas las pondré en el álbum junto a las vuestras. 

Ha sido duro, sé que lo sabéis porque más de una vez las vi pidiendo que les mandaseis mucha fuerza. Nunca os lo dije pero en su corcho tienen una imagen vuestra junto a ellas de pequeñas,solo tenían que levantar la vista de los apuntes unos instantes y su mirada se humedecía tan llena.

Una de rojo con el color favorito de su abuela y la otra de azul marino de Riazor cinco estrellas, qué elegancia como Audrey Hepburn dirías papá y de complemento llevan puesto vuestro infinito abrazo que ese no se vende ni en las mejores tiendas.

Sabéis que os voy a extrañar mucho pero me acompañan buenas estrellas,a las que agradezco enormemente que vengan.

La emoción se vestirá de gala y de esa belleza en c-alma como el cuadro de la muchacha en la ventana de Dalí igual que te recuerdo mamá mirando a través de ella los barquitos de pesca a la noche mientras el faro de la torre de Hércules los iluminaba y en casa ya dormíamos todos, qué deliciosa ternura eras...

Hay veces que os imagino asomados a nuestras vidas y noto vuestra mirada como siempre bella,siemprevivas como las flores,tan lejos ya y sin embargo tan cerca. Me estremece pensarlo pero os lo que hay, lo que queda, la vida como moneda de choco/late con su cruz y su cara,ambas ahora de madera.

Antes de la puesta del sol, será su puesta de largo,su graduación en su colegio,quince años después, su merecida fiesta. Será en el hall donde papá venías conmigo a buscarlas alguna vez y al verte corrían hacia ti y te abrazaban con tanto amor ,con toda su diminuta fuerza. Me reconforta especialmente sentiros en ese momento...¡Qué gran velada os espera!

martes, 15 de abril de 2025

A título póstumo

Se fue un domingo como mi padre,acababa de cumplir ochenta y nueve años como el mío y hasta su último aliento uno de sus hijos le leía Madame Bovary o eso dicen.

Mi padre escuchaba la caricia de mi voz mientras su mano sostenía mis palabras. Solo le susurraba al oído lo que tanto le queríamos todos.No es una cuestión de literatura,solo dolor desnudo y ternura.

Las comparaciones son odiosas pero el fallecimiento de Vargas Llosa me ha llevado a aquel domingo 24 de ma(r)zo de un d-año tatuado que siempre recordaremos como aquel viernes 10 de fiebrero.

A mi padre siempre le gustó que jugase con las palabras encadenadas aunque era más de crucigramas o como decía mi madre que hiciese ganchillo con títulos de cuadros, de películas,de libros, de series, de canciones...que conformasen un relato que leía en nuestras celebraciones familiares.

Ahí van ... papá y mamá,esta vez por Vargas Llosa : 

" Le dedico mi silencio después de una conversación en La Catedral que hay en la ciudad y los perros,mas bien los cachorros en el país de las mil caras como si fuese la orgía perpetua si resuena en tiempos recios la guerra del fin del mundo a modo la civilización del espectáculo.

El hablador escribe cartas a un joven novelista y las cartas del Boom entre García Márquez, Fuentes, Cortázar y él.

Siempre existe la tentación de lo imposible como el sueño del celta,la tía Julia y el escribidor. 

Es auténtico el héroe discreto,mi padre lo era y el abuelo más Atlántico que el pez en el agua.

No es el elogio de la madrastra pues carezco de ese rol como también de travesuras de la niña mala o eso me contaba mi madre linda.

Recordemos siempre a nuestros padres tengan premio Nobel o no,os lo dice una madre novel que tropieza con esas cinco esquinas que tiene la mirada quieta, la verdad de las mentiras que no es otra que dos soledades que habitan en la casa verde.

Ahora que ya ha zarpado el barco de los niños que fueron, rumbo al paraíso en la otra esquina donde posiblemente se encuentre también Pantaleón y las visitadoras,el viaje a la ficción.

Y a sus lectores,los que han pasado más de Cinco horas con Mario( Delibes mediante)sigan haciéndolo,su legado es puro helado de Lima para saborear".

Cierro la puerta de nuevo con la incertidumbre que se abra una ventana,sin embargo tengo una inquilina pendenciera como tristeza que me dice de cerrar la ventana para que algún día se abra una puerta y sean mis padres los que estén llamándome en ella.

El adiós ya sea de largo recorrido o de cercanías,parece un tren antiguo que herido traquetea donde se te baja en una estación,en ambos casos fue en la primavera.


lunes, 10 de febrero de 2025

Cenizas de salitre

Salitre en el recuerdas,

en el océano verde de tu mirada,

salitre en tantas madrugadas,

salitre en la colina de las lágrimas. 


Respuestas sin preguntas ocres,

salitre sin algunos acordes,

jarrón sin agua con flores

y en el jardín verdes los olores.


Salitre en el nomeolvides,

tatuados sin rencores,

bocinas que suenan tristes,

bucean todos los sueños grises.


Luces de salitre si me a/sombras,

perdidas ya las llamadas,

beSOS en todas las hojas

perennes de tus hermosas ramas.


Mentiras que son verdades 

rugosas en mis paisajes

de lluvia con salitre y otros pesares,

ya no puedo en tus mejillas volver a besarte.