Quedarse sin exclamaciones

Qué urgente se siente la vida si del frío viene,menuda y caprichosa,hasta irascible en su tacto helado,air(e)ada en sus maneras.

Qué impaciente se pasea la herida rasgada si se pierde rota,qué fatiga se respira si siempre esa huella duele que sin querer se deja.

Qué temor se esconde bajo la luz que ha huido de nuestros ojos si la penumbra de algunos recuerdos,de nuestras lagunas tergiversadas persiste.

Qué "melancohólica" belleza se dibuja ebria en la sonrisa si indecisa no despeja,qué monosílabo seco se desarma ante el silencio si pelea extenuado con tantas palabras atrincheradas.

Qué urgente,impaciente el temor...y esa belleza del monosílabo y su fatiga.

No seguís en vuestros trece

Suena el viento en lo más alto,se alzan las copas de los pinos,se soplan las velas de todos los barcos,se zambulle el canto de las sirenas, se pinta de colores noviembre en un lienzo que se queda en blanco nada roto,mudo y mueven las faldas a lo loco las montañas para celebrar vuestros años bien cumplidos hasta la lluvia se ha recogido su húmedo cabello mientras vuestro sol temprano y bello se asoma sin recelo. 

El frío,un día como hoy,nunca aprieta,cómo iba a hacerlo...no sabría congelar lo más auténtico. 

Aún es pronto para tanto...no tengáis prisa en el descubrimiento,para aprender de todo aquello que a vuestro lado se muestra,ya sea apacible o inquieto,impreciso o con acierto.

Disfrutad del camino,de los violines de las ramas desnudas de los árboles otoñales,pisad por la alfombra de hojas secas que están bajo vuestros pasos. 

Hay veces de todos los colores en la pecera de los sueños grandes como pequeños, hermosamente raros,tiernos,son solo vuestros.

Siempre gracias...por estar y ser en nuestras vidas,por darle sentido tan cabal y tanta sensibilidad de matices diversos. Nunca fuisteis de quienes siguen en sus trece...