miércoles, 15 de febrero de 2017

Lo que de verdad importa

Era una mañana templada,después de un café muy negro con una nube de leche,un café algo tímido. Notó cómo se le había ido la luz no sólo de su casa...también de su hogar.

Y recordó la última vez que había sentido...su propio desnudo,una sonrisa en sus labios,el rubor de su falda,una caricia en su piel,el aleteo de las mariposas en su estómago,la ternura a la taza,el patinar por la rotonda de su infancia,el bálsamo de un abrazo amigo y el frío compartido que se deshace en buena compañía; los aciertos tan de mañana,la lealtad de un corazón puro,el gesto noble,el lenguaje descifrado de tantos besos,las ilusiones en sus bolsillos,el tiempo complacido como esas madrugadas universitarias entre sueños,copas y libros; la inocencia en zapatillas,el desabrochar el corazón y también la blusa, la inquietud de esa emoción indescriptible de la dulce espera,la certeza del invierno,las noches largas,generosas ;el cómo el amanecer cálido le abrazaba al despertar, ese extrañar su ausencia,el ansia de su regreso,las distancias cortas,el calor y el abrigo de su cuerpo; las palabras y el silencio nada roto,las buenas intenciones y atenciones,los grandes gestos,los pequeños detalles...
Y entonces recordó las primeras veces...y lo que un día,no hace mucho,alguien extraordinario le dijo: " el hoy es vivir,el ayer ya pasó y el mañana no existe"...y febrero disfrazado de miedo se le clavó en el alma vulnerable.
Cuánta razón tiene la verdad de quién no baja jamás su mirada y cuánta sinrazón esconde la mentira de quién engaña a sabiendas que duele.

Ya no era joven,ya no era hermosa,ya no era visible, ya no era valiosa,ya no era necesaria,ya no era todo,ya no era tanto,ya no era la única,ya no era...pero ya sabía lo que de verdad importa.