Me arañas con tu mirada y me acaricias con tu ausencia. Todavía humea un te quiero imborrable en la herida y en la certeza helada.
Mi ternura es silencio tibio,como se desnudan versos suaves de mis labios,su sonrisa esbozo es de lo que ya apenas se dibuja.
Frágil palabra es la que palpita en un corazón mudo y en esa vida que escondida gruñe si le embarga la soledad pudorosa.
Mas poco queda del afable otoño de estío disfrazado,unas hojas escritas en la tierra húmeda de un gran amor envejecido por el paso de tantos d-años,pero no pesan,el viaje fue tan hermoso como las noches de cálido estribillo,tanta verdad hubo en el pasado que el mañana será alto y claro como el olvido nada confuso.
En los bolsillos del abrigo de mi cuerpo guardo lágrimas ciertas y desacertado aliento. Dos grandes alegrías singulares aún pequeñas,dos extraordinarios sueños ya mayores,una gran suerte de "hermagos" diferentes como asombrosos, un selenita muy noble en su corazón generoso de orfebre de palabras preciosas,una infancia de cuento y una juventud de relato nada breve y muy intenso. Y unos racimos de uvas deliciosas que me regalaron el mejor vino: su amistad vivida. Y muchos caminos recorridos...
También atesoro sentimientos puros,algunos algo descosidos,otros desgastados pero la mayoría muy vivos.Y amor,mucho amor guardado bajo llave en el baúl de mi corazón extraño como un ovillo entre mis brazos. Lo tengo en el desván junto al rumor lábil del alma y a esos temores en zapatillas que andan en nuestra cabeza cuando ésta se descalza.
Sin embargo...vendrá tu invierno,tu frío honesto y por fin cerraré los ojos. Tu intemperie de ahora no es lugar para cobijarse. No quiero doler...